Benedicto XVI rechaza “los mecanismos culturales que llevan al aborto”

En Fátima, agradece la labor de los agentes de Pastoral Social

(María GómezEnviada especial) Durante su encuentro con cientos de miembros de organizaciones de Pastoral Social de Portugal, esta tarde en Fátima, Benedicto XVI ha valorado el esfuerzo que las instituciones eclesiales asistenciales hacen en favor de los derechos humanos. No ha sido un agradecimiento sin más, sino el contrapunto que ha mostrado el Papa frente a los “mecanismos socioeconómicos y culturales que llevan al aborto”. También ha reafirmado, como no cabía esperar otra cosa, su oposición al matrimonio entre personas del mismo sexo.

Ha ocurrido en la Iglesia de la Santísima Trinidad, en Fátima, pasadas las 17:00 h. (hora local). Después de las palabras de bienvenida que le ha brindado el presidente de la Comisión Episcopal de Pastoral Social (y responsable de la organización de la visita apostólica a Portugal), el obispo Carlos Azevedo, el Papa ha expresado “mi profundo aprecio a todas aquellas iniciativas sociales y pastorales que buscan luchar contra los mecanismos socioeconómicos y culturales que llevan a aborto y que ponen la vista en la defensa de la vida y la reconciliación y la cura de las personas heridas por el drama del aborto”.

En ese momento, el auditorio estalló en aplausos. Y volvió a hacerlo cuando se refirió, sin citarlo expresamente, al matrimonio entre homosexuales: “Las iniciativas que buscan tutelar los valores esenciales y primarios de la vida, desde su concepción, y de la familia, fundada sobre el matrimonio indisoluble de un hombre y una mujer, ayudan a responder a algunos de los más insidiosos y peligrosos desafíos que hoy se hacen al bien común. Tales iniciativas constituyen, junto con muchas otras formas de compromiso, elementos esenciales para la construcción de la civilización del amor“.

Ley de matrimonios homosexuales

El encuentro con los agentes de la Pastoral Social era uno de los puntos más atrayentes del programa oficial de esta visita de cuatro días al país luso. La intervención del Pontífice es especialmente significativa aquí, pues el Partido Socialista, en el Gobierno, está a punto de conseguir que se promulgue la ley sobre los matrimonios homosexuales.

Benedicto XVI ha saludado a todas las organizaciones que se dedican a la “práctica de la compasión” para con los pobres, los enfermos, los presos, los sólos y desamparados, las personas con discapacidad, los niños y los ancianos, los migrantes, los parados, etc.

A todos ellos les ha pedido el estilo del buen samaritano: “Un corazón que ve dónde hay necesidad de amor y actúa en consecuencia”, dijo, citando la Deus caritas est. En su opinión, el “nuevo mandamiento” del amor es “la ley fundamental de perfección humana y, consecuentemente, también de la transformación del mundo”.

Respuestas “concretas” a la crisis

Esto es particularmente importante ahora, en el actual escenario “de crisis económica, cultural y espiritual”, que pone “en evidencia la oportunidad de un discernimiento orientado por la propuesta creativa del mensaje social de la Iglesia”, ha dicho el Papa.

El Pontífice citó la Caritas in veritate para pedir “que la instituciones de Iglesia, unidas a todas las organizaciones no eclesiales, mejoren sus capacidades de conocimiento y orientaciones para una nueva y grandiosa dinámica que conduzca a ‘aquella civilización del amor cuya semilla puso Dios en todo pueblo y cultura'”. Pidió, además, “respuestas concretas y generosas”.

De hecho, insistió en su llamamiento para que los laicos sean conscientes de su responsabilidad en este ámbito y de su identidad católica, autónoma e independiente “de la política y las ideologías”. Les aconsejó que no se dejen llevar por “la presión ejercida por la cultura dominante, que presenta un estilo de vida fundamentado en la ley del más fuerte, en el lucro fácil y fascinante, que acaba por influir en nuestro modo de pensar, en nuestros proyectos”.

En este sentido, la formación de “una nueva generación de líderes servidores” es una tarea que merece “especial cuidado” por parte de los pastores.

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