Un CLAMOR por los migrantes y refugiados

un grupo de hombres sostienen cruces durante una oración por inmigrantes fallecidos al intentar cruzar la frontera en Ciudad Juárez

Tras la elección de Trump, la Iglesia latinoamericana “redobla esfuerzos” con un nuevo organismo

un grupo de hombres sostienen cruces durante una oración por inmigrantes fallecidos al intentar cruzar la frontera en Ciudad Juárez

Oración en Ciudad Juárez (México) por los inmigrantes ilegales fallecidos tratando de cruzar la frontera

ÓSCAR ELIZALDE PRADA (PORTO ALEGRE) | En la ciudad fronteriza de Tijuana crece el drama de más de 15.000 migrantes y solicitantes de refugio en Estados Unidos, provenientes de México, Haití, Turquía, Pakistán, Siria, Togo, Eritrea y Congo, mientras que crece el número de niños y adolescentes centroamericanos que llegan a la frontera en busca de asilo –más de 26.000 en los últimos seis meses–, al igual que las cifras de cubanos varados en Centroamérica y de venezolanos que deambulan por varios países en pos de oportunidades.

Estos alarmantes índices del flujo migratorio en la región, vinculados también al grave flagelo de la trata de personas –que impacta fuertemente a República Dominicana, Colombia, México y Brasil–, ha motivado la creación del Consejo Latinoamericano de Movilidad Humana y Refugio (CLAMOR), una iniciativa del Departamento de Justicia y Solidaridad del CELAM (DEJUSOL) que busca responder, precisamente, a los clamores de migrantes, refugiados y víctimas de la trata, mediante acciones articuladas entre entidades eclesiales latinoamericanas comprometidas con la movilidad humana. Entre las organizaciones fundadoras, figuran también la CLAR, Cáritas América Latina y el Caribe, el Servicio Jesuita para Migrantes/Refugiados, las redes de religiosas contra la trata de personas, Religiones por la Paz y la familia scalabriniana.

Mejor servicio

Consultado por Vida Nueva, el arzobispo de Yucatán (México) y presidente del DEJUSOL, Gustavo Rodríguez, explica que “CLAMOR nos permitirá fortalecernos en la unidad y caminar juntos, como organismos de Iglesia en América Latina y el Caribe, para dar un mejor servicio a nuestros hermanos migrantes, refugiados o víctimas de la trata. Lo que hace cada diócesis, nación y agrupación de Iglesia en este campo tenemos que aprovecharlo para que no haya trabajos aislados, paralelos ni contrapuestos”.

Los primeros pasos para la fundación de CLAMOR tuvieron lugar durante el seminario latinoamericano organizado por el CELAM en Honduras, el pasado septiembre, con la participación de varias instituciones que acompañan a migrantes, desplazados, refugiados y víctimas de la trata, que coincidieron en que “para ofrecer una atención más integral es menester incrementar la colaboración y las gestiones conjuntas”.

“Nos anima el éxito que ha tenido la Red Eclesial Panamazónica (REPAM), que ha logrado articular los esfuerzos pastorales de quienes trabajan en la Amazonía en la defensa del medio ambiente y los pueblos indígenas”, comenta Elvy Monzant, secretario ejecutivo del DEJUSOL, agregando que, “en el caso de CLAMOR, se trata de un esfuerzo de comunión que nos permitirá denunciar violaciones de los derechos de las personas en movilidad, hacer campañas de sensibilización, ofrecer un itinerario de formación integral a los agentes de pastoral, producir materiales didácticos y realizar experiencias de trabajo conjunto”.

Finalmente, ante la elección de Trump como presidente estadounidense y su anuncio de deportar a migrantes indocumentados y “asegurar” la frontera sur, el arzobispo Rodríguez defiende que “CLAMOR tiene que actuar en favor de quienes lleguen”, además de “redoblar esfuerzos para atender a los migrantes que seguirán insistiendo en cruzar la frontera, aunque se construya el muro, lo cual hará mucho más peligroso su intento”.

Publicado en el número 3.013 de Vida Nueva. Ver sumario

 


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