El cardenal Blázquez, abierto a que se revisen los Acuerdos Iglesia-Estado

cardenal Ricardo Blázquez arzobispo de Valladolid y presidente de la CEE en un encuentro con La Razón 6 abril 2016

El presidente de los obispos advierte que la situación política en España puede dejar “heridas en la convivencia”

cardenal Ricardo Blázquez arzobispo de Valladolid y presidente de la CEE en un encuentro con La Razón 6 abril 2016

El cardenal Blázquez, presidente de la CEE, invitado a participar ayer en un encuentro organizado por el diario ‘La Razón’

M. GÓMEZ | Al presidente de la Conferencia Episcopal Española (CEE), cardenal Ricardo Blázquez, le preocupa la situación política actual en España, después de más de 100 días sin gobierno y sin saber si lo habrá en las próximas semanas o si habrá que repetir elecciones. Así lo manifestaba ayer miércoles 6 de abril, al considerar que los ciudadanos están sumidos “en la incertidumbre” y que este momento puede dejar “heridas en la convivencia social”. Por eso pide a los políticos que “prevalezca el bien común” y que dejen a un lado las descalificaciones, porque “los insultos personales nunca son razones”.

El cardenal Blázquez, en un encuentro organizado por el periódico La Razón, pronunció un discurso titulado ‘Estamos en una encrucijada’. Entre sus argumentos, el arzobispo de Valladolid subrayó: “Hace ya más de tres meses de la convocatoria de las urnas y los ciudadanos estamos sumidos en la incertidumbre. Nos preocupa no solo el tiempo largo transcurrido, sino también las exclusiones en la comunicación”. Ante esto, reclamó “una reflexión serena sobre los problemas básicos y las tareas pendientes”, y él mismo hizo un repaso algunas cuestiones que representan “el marco fundamental de nuestra convivencia como pueblo y sociedad”.

Entre sus oyentes, estaban personalidades políticas como los ministros en funciones Jorge Fernández Díaz e Isabel García Tejerina, y del ámbito eclesial, como el arzobispo de Madrid, Carlos Osoro; el arzobispo castrense, Julián del Río; o el secretario general de la CEE, José María Gil Tamayo.

Constitución y libertad religiosa

El cardenal defendió la Constitución Española, destacando que, puesto que esta nació en un ambiente de diálogo y consenso, “no es razonable ni legítimo poner en cuestión las líneas básicas de la misma. Sin esta casa común, quedaríamos a la intemperie”.

Habló también de libertad religiosa, que puso en valor, frente al “fundamentalismo intolerante” y el “laicismo disolvente”. “Es bueno para el hombre respetar a Dios, y es bueno para la paz de la humanidad apoyarnos en Dios”. Además, explicó que el derecho a la libertad religiosa beneficia a todas las confesiones cristianas, otras religiones y a los que no se reconocen en ninguna religión.

Y sobre la Iglesia católica, aseguró que “no aspira a ser privilegiada ni pretende ser preterida”. “El Estado es aconfesional, y los ciudadanos seremos lo que sea conveniente. El Estado debe proteger el derecho a la libertad religiosa”.

Abierto a una revisión de los Acuerdos Iglesia-Estado

En este punto, defendió la laicidad positiva del Estado, “encauzada” a través de los Acuerdos Iglesia-Estado de 1979, y también de los Acuerdos con los Judíos, Protestantes y Musulmanes de 1992. “Ni en un caso ni en otro se trata de privilegios, sino de instrumentos jurídicos de armonía con el derecho a la libertad religiosa”, argumentó.

No obstante, el presidente de los obispos españoles no cerró la puerta a una posible revisión de los Acuerdos de 1979. Al finalizar su alocución, preguntado por el asunto, admitió que puede haber “aspectos concretos que, debido al paso del tiempo, recomiendan una revisión. La revisión es muy distinta de la ruptura. Estoy convencido de que nuestros Acuerdos han sido beneficiosos para la relación de la Iglesia con la sociedad y el Estado, y del Estado y la sociedad con la Iglesia. Si tuviera que revisarse algún punto, la Conferencia Episcopal no tiene problema ninguno en que se revise. Queremos buscar en el presente y en el futuro la mayor confianza, seguridad y bien para nuestra sociedad”.

La abstención sigue siendo una opción

Volviendo a la cuestión política, Blázquez fue preguntado también por las declaraciones que hizo en Vida Nueva tras el 20-D, cuando dijo que “una abstención en un momento oportuno es una forma preciosa de colaboración”.

“Cuando comenté aquello –respondía ayer–, al día siguiente de las elecciones, veía que tenía que decir algo. Los resultados de aquellos comicios realmente son inéditos. Todos lo sabemos de sobra, y para que en esa situación y con el mapa de partidos políticos resultante se pudiera constituir un gobierno para bien de la sociedad entera, se necesitaba un ejercicio de mucho diálogo, también de escucha recíproca, de magnanimidad y de generosidad. Una de las formas posibles para constituir un Gobierno es que, en un momento determinado, un partido admita que no quiera afirmar algo, pero no puedo impedir el hecho de que la gobernación de mi país se vaya al traste. Está la fórmula de la abstención, que es una forma de colaboración con generosidad“.

Por último, y siendo también un pilar del marco de convivencia, Blázquez ha pedido a Europa que “reencuentre” sus valores, y lamentó que “cerrar nuestras fronteras para defender nuestro nivel económico es signo de miedo y de debilidad vital”.

 

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