Ricardo Blázquez pide a los políticos “que se encuentren”

El presidente de la CEE aplaude el “fermento renovador” del cardenal Fernando Sebastián

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Blázquez y Sebastián, durante la presentación de las memorias

JOSÉ BELTRÁN | “Es muy difícil escribir unas memorias veraces. Yo no quería escribir unas memorias mendaces”. El auditorio ríe. Fernando Sebastián sabe lo que se dice durante la presentación de su autobiografía, Memorias con esperanza (Encuentro). Protagonizar la Transición española o la voracidad de ETA desde la cocina y como fontanero lleva a manejar información y decisiones sensibles.

De ahí que a la hora de plasmarlo en un libro se planteara como línea roja la verdad. “No éramos conscientes de estar haciendo algo importante y con trascendencia, como en el caso de la homilía de los Jerónimos”, explicaba quien tuvo mucho que ver en ella desde el Salón de Grados de la Fundación Pablo VI el viernes 5 de febrero.

Con este currículum vital y eclesial, resultaba inevitable abordar el vaivén político actual. Y ahí, Sebastián se desmarcó. “Me quedo perplejo”, subrayó de forma escueta. El presidente de la Conferencia Episcopal, Ricardo Blázquez, parafraseando a Sebastián, reclamó a quienes buscan su sitio en La Moncloa “que busquen honradamente y con responsabilidad, que se encuentren, que hablen, que proyecten, que nos viene muy bien que entre todos vayan diseñando, en esta situación crucial, nuestro futuro”.

De vuelta a las memorias, el arzobispo de Valladolid aplaude su capacidad para “forcejear constantemente por entender la sociedad inmersa en cambios profundos y rápidos”. Como amigo del cardenal arzobispo emérito de Pamplona, Blázquez valora cómo “es un una persona muy práctica en medio de la reflexión que tiene precederla”.

Precisamente por ese “fermento renovador” y por ir “siempre al grano” de las cuestiones más peliagudas, el presidente de la Conferencia Episcopal dio un paso más en este reconocimiento: “Tenemos una memoria contraída con esta generación de obispos y personas que trabajaron por la Iglesia y la sociedad en esa etapa de la historia”.

En el nº 2.976 de Vida Nueva

 

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