James Alison: “Francisco ha supuesto una refrescante vuelta a lo básico”

James Alison, teólogo británico

Sacerdote y teólogo británico, especialista en el filósofo Girard

James Alison, teólogo británico

Entrevista con James Alison [extracto]

F. OTERO. Foto: MAYTE BLAS | James Alison, sacerdote y teólogo británico, es más conocido a nivel mediático por su trabajo pastoral con comunidades cristianas gays, aunque, junto a ello, una de sus aportaciones más importantes tiene que ver con la investigación y con su estudio de la fe cristiana a la luz del filósofo René Girard, padre de la teoría mimética. A su paso por España para promover nuevas traducciones y ediciones de Girard, ha atendido a Vida Nueva para charlar sobre un autor que se ha convertido en “pasión”.

PREGUNTA.- ¿Qué ofrece Girard?

RESPUESTA.- Sostiene que todos deseamos según el deseo del otro y que esto nos lleva a la imitación, de la que habló Aristóteles en su momento, y que ahora están recuperando las neurociencias. En este sentido, lo que nos diferencia de los simios es nuestra mayor agilidad para imitar. Se refiere a los primates que nos precedieron, para apuntar que la imitación llega a ser tan fuerte que afecta a los mecanismos instintivos y detiene la violencia que pueda existir. Sin embargo, esta violencia es frenada gracias al mecanismo del chivo expiatorio, de la víctima aleatoria. Se elimina a alguien que es inocente porque nos conviene para que no nos maten. Cuando se convencen de que uno es culpable, entonces se crea una unidad efectiva y se consiguen proteger de la propia violencia. En definitiva, Girard aporta estas dos cuestiones: que nuestro deseo se produce por el del otro y la posibilidad de crecimiento y los riesgos que conlleva.

P.- ¿Qué nos dice esta teoría hoy?

R.- Nos permite dejar atrás la compresión del individuo moderno para situarnos de manera más realista en las corrientes del deseo social que nos mueve. Por eso es un pensamiento muy premoderno y muy posmoderno a la vez. Nos permite vislumbrar la posibilidad de autocrítica social a todos los niveles sobre nuestro comportamiento, que, por disfrazado que sea, se remonta a actitudes sacrificiales arcaicas.

Chivos expiatorios

P.- Supongo que en la actualidad sigue habiendo chivos expiatorios…

R.- Cada grupo sabe hacer los suyos, pero, a partir del paulatino descubrimiento de la víctima, ha sido cada vez más difícil creer en su culpabilidad, y el mecanismo ha perdido fuerza. Hoy se está haciendo piña, por ejemplo, contra los inmigrantes. Se dice que todo es culpa de ellos y se busca una solución sacrificial: echarlos. La soluciones sacrificiales duran muy poco. Vivimos siempre con esa tentación.

P.- ¿Qué tienen que ver René Girard y la teología?

R.- Girard se planteó que si sus descubrimientos eran ciertos, entonces tendría que haber vestigios de comportamientos sacrificiales en mitos, leyendas… y descubrió muchos. Lo mismo hizo con la Biblia, y también encontró mecanismos de la antropología arcaica, aunque con una diferencia fundamental: desde el principio del relato bíblico, se insiste en la inocencia de la víctima, lo cual es completamente novedoso. Desde Caín y Abel, se pone en entredicho la suposición de la culpabilidad de la víctima y se abre la posibilidad de que el grupo entienda que lo que estaba haciendo era violencia y no algo sagrado.

P.- En este sentido, la Biblia supone un gran cambio, ¿no?

R.- Nos permite trazar una línea orgánica entre la sociedad arcaica y la moderna.

P.- ¿Que aporta Girard a la comprensión de la muerte de Jesús?

R.- Nos descubre cómo la entrega de Jesús al sacrificio no tiene nada que ver con un Dios violento, sino con un Dios generoso en un nosotros violento. Luego viene la liberación, la vivencia a partir de la gracia.

P.- ¿Como contribuye toda esta visión a su trabajo pastoral con homosexuales?

R.- Intento ayudar a mis hermanos de modo que no vivan dejándose definir por la victimización, sino perdonando y dejándose perdonar.

P.- Habla de perdón y misericordia, como tantas veces ha hecho el papa Francisco. ¿Qué opina de su elección?

R.- Ha supuesto una refrescante vuelta a lo básico del cristianismo. Nos queda por ver cómo afrontará esta realidad de la cuestión gay en el mundo eclesiástico, que es una presencia muy dolorosa, sobre todo, por una vivencia escandalizada.

En el nº 2.854 de Vida Nueva.

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