Tribuna

CEAMA: fruto maduro de sinodalidad

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La CEAMA es la Conferencia Eclesial de la Amazonía, fruto maduro de un proceso sinodal que tuvo su tiempo fuerte con la experiencia del Sínodo sobre la Amazonía. Se fundó el 29 de junio de 2020 –en plena pandemia– bajo tres aspectos muy novedosos.

  • En primer lugar, es una conferencia estable y permanente jurídicamente aprobada por la Iglesia.
  • En segundo lugar, eclesial, es decir, se habla de todos los bautizados y bautizadas: obispos, sacerdotes, religiosas, laicos y, en especial, de los pueblos originarios.
  • Y, en tercer lugar, amazónica, bioma que abarca nueve países: Brasil, Bolivia, Perú, Ecuador, Colombia, Venezuela, Guyana francesa, Surinam y Guyana, por ende, estamos hablando de una genuina pastoral encarnada, donde la presencia de la Iglesia es un signo esperanzador para el cuidado de la vida de los habitantes de la Amazonía y de su entorno natural.


Para entender todo este proceso sinodal, debemos ir a la raíz: recordemos que el cardenal Claudio Hummes, arzobispo emérito de São Paulo, muy amigo del papa Francisco, quien estuvo a su lado cuando fue elegido el 266 sucesor del Apóstol Pedro y, tras un fraterno abrazo de felicitación, le dijo: “No te olvides de los pobres”. Desde entonces, el Santo Padre quedó marcado por el amor a aquellos que son considerados los últimos y descartados.

Por eso escogió el nombre de Francisco, precisamente en referencia al santo de Asís, patrono de la ecología, el hombre pobre que amaba la naturaleza. La elección de este nombre traía ya en ciernes toda la idea del cuidado de la vida y del entorno natural, que se cristalizó en su celebérrima encíclica Laudato si’, donde cita en el número 38 a la Amazonía, uno de los pulmones del mundo que debemos cuidar. Sin duda, eso fue una de las semillas de la CEAMA.

Por otra parte, está la relación complementaria y esencial entre la CEAMA y la Red Eclesial Panamazónica (REPAM), fundada el 13 de septiembre 2014, con la que hemos tenido la oportunidad de hacer visible la presencia de la Iglesia, no solamente en el territorio amazónico, sino también en todos los organismos de Derechos Humanos. La REPAM, desde sus inicios, ha motivado la articulación de esfuerzos: sociales, culturales y evangelizadores para poder ser más eficaces en “la opción por los pobres, que está implícita en nuestra fe cristológica” (Benedicto XVI).

La CEAMA con la nueva presidencia que se eligió ante la inesperada renuncia por motivos de salud de su presidente, el cardenal Hummes, tiene dos grandes desafíos.

  • Primero, la consolidación de esta instancia, lo que significa la pronta aprobación Pontificia de los Estatutos con lo que la CEAMA se convierta en un organismo estable y permanente de la Iglesia católica.
  • Segundo, visibilizar aún más a los indígenas y, de manera especial, a las mujeres con una participación más activa y protagónica. Ayudó mucho la experiencia de la preparación al Sínodo amazónico, mediante las asambleas territoriales realizadas a lo largo y ancho del bioma amazónico, los foros temáticos donde participaron más de 50.000 personas.

En el Dios de la Vida y en nuestra Madre confiamos estos esfuerzos para que la CEAMA y la REPAM ayuden a la Iglesia a tener un rostro amazónico.

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