Oleysa: “Tuvimos que salir de Ucrania para salvar la vida de mi hija”

Madre e hija están alojadas en una vivienda de Cáritas Orihuela-Alicante

Hace exactamente un año, el 24 de febrero de 2022, Oleysa y su hija Lisa estaban en la ciudad ucraniana de Brobary. “Vimos cómo un misil pasaba por encima de nuestra casa. Tuvimos que bajar al refugio y allí mi hija Lisa tuvo una crisis, ya que tiene autismo severo, pero no podíamos ir a comprar medicamentos. En ese momento entendí que debía salir de Ucrania para salvar la vida de mi hija”, explica esta refugiada, que poco después llegaría a España.



“Antes de salir de Ucrania ya tenía contacto con unos amigos en Italia que se ofrecieron a ayudarnos para seguir con el tratamiento de Lisa en Milán”, relata. “Ellos nos encontraron una familia de acogida, pero al ver la complicada situación de Lisa nos sugirieron buscar otro sitio. Entonces no teníamos a dónde ir”, añade.

“En Alicante tenía unos amigos que se ofrecieron a acogernos una temporada”, continua. Allí estuvieron dos meses, pero no podían quedarse más. “Entonces empecé a buscar posibilidades de ayuda y me acerqué a Cáritas. Buscaba estabilidad porque los constantes cambios afectan mucho a la salud de mi hija”, explica.

“Ahora Lisa tiene un futuro”

“Ellos entendieron el caso y dos voluntarios de Cáritas, Rosa y Soat, me ayudaron para poder escolarizar la niña de manera que pudiera tener acceso al sistema de salud”, dice esta madre soltera que no recibe ayuda del padre de la niña.

“La gente de Cáritas ha buscado otros voluntarios, una psicóloga ucraniana que nos ayuda en algunos momentos, apoyo escolar para Lisa y una voluntaria que nos ayuda con los trámites para que nos podamos integrar mejor a la sociedad”, señala.

“Gracias a esta ayuda, Lisa ahora va aun colegio normal muy bueno con clases para niños especiales. Va a excursiones con niños normales y está contenta con la experiencia. Noto el progreso que ha dado Lisa”, asevera. “Antes tenía muchos ataques y ahora está muy tranquila. Su estado físico y mental ha mejorado muchísimo”.

“Hemos recibido un trato muy cariñoso por parte de Cáritas”, asegura. “Cuando Lisa juega en el parque y los profesores explican a los niños cómo tienen que tratarla me doy cuenta de que mi hija aquí tiene futuro”.

Noticias relacionadas
Compartir