“Tensa”. Así define el cardenal Walter Kasper la relación entre el Vaticano y la Iglesia católica alemana. Y es que, tal como ha expresado en un artículo para la revista de Friburgo Herder Korrespondenz, Kasper subraya que “realmente ya no se escuchan y ya no se entienden”.
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Asimismo, el cardenal asegura que “las tensiones actuales entre Roma y la Iglesia alemana me agobian físicamente, y más aún en mi estado de ánimo”. Y se ha posicionado: “No hay duda de que hay errores de juicio romanos sobre la situación alemana”, ha dicho, pero “también hay errores de juicio alemanes igualmente colosales sobre Roma y algunos documentos romanos”.
Problemas locales
“A muchos les parece que Alemania quiere dejar el orbe católico o darle forma de acuerdo con su propio estilo”, dice Kasper, quien considera que “la iglesia en Alemania a menudo sólo se preocupa por sí misma”, y que “de ninguna manera todos los problemas alemanes son también problemas de la Iglesia universal”.
Además, ha advertido que muchos de los que han dejado la Iglesia en los últimos años no han buscado alternativa. Por ello, desvincularse de Roma implicaría no solo no “entrar en un cisma, sino en una tierra de nadie descristianizada y sin denominación”.
