El Custodio de Tierra Santa, preocupado por “la pequeña comunidad cristiana de Gaza”

Francesco Patton relata desde Jerusalén la “angustiosa calma” que se vive en la ciudad santa

Gaza guerra Israel

“La situación en Jerusalén es de una angustiosa calma. La ciudad está semi vacía. El casco antiguo está desierto. En todas partes parece existir el temor por lo que pueda suceder”. Así lo relata el custodio de Tierra Santa, Francesco Patton, en una entrevista con L’Osservatore Romano.



El franciscano cuenta que los frailes, como la mayoría de la población civil árabe e israelí, “permanecemos en casa, intentando enterarnos por los medios y por los mensajes con quienes viven en los distintos lugares de lo que ocurre en el resto del país”.

“Confieso que es muy difícil, incluso ahora, expresar un pensamiento completo sobre lo que ha sucedido, pero sobre todo sobre lo que aún puede suceder. En primer lugar, diría que la dinámica del atentado dejó a todos sorprendidos y perplejos. Las propias fuerzas armadas israelíes fueron tomadas por sorpresa y no supieron prever y contener un ataque interno de este tipo. Y esto es una novedad absoluta”, señala

Sin embargo, “no puedo aventurar ninguna predicción sobre cómo evolucionará la situación en las próximas horas y días. Habrá operaciones militares para recuperar el control del territorio en el que se han infiltrado milicianos de Hamás y de la Yihad islámica, y, sin duda, también acciones militares directas contra la Franja de Gaza”, lamenta el religioso.

Oraciones por los fallecidos

Para Patton, “es desconcertante lo que ha sucedido con la captura de un número tan elevado de rehenes militares y civiles, algunos incluso extranjeros que probablemente serán utilizados como ‘moneda de cambio’”.

El máximo responsable de los franciscanos en Tierra Santa reconoce que su preocupación “va ahora en una dirección distinta de las consideraciones estratégicas y políticas. Pienso, y rezo sin cesar con mis hermanos, por el terrible número de víctimas que han muerto en estos dos días. La inmensa mayoría de ellas son víctimas civiles. Por las fotos de los propios soldados israelíes publicadas se puede ver que muchos de ellos son jóvenes. Y rezo por los numerosos rehenes ahora cautivos en Gaza”.

Y continúa: “Entre ellos también hay ancianos, mujeres y niños. Rezo entonces por mis hermanos en la fe de esta tierra. La minoría cristiana de Tierra Santa corre una vez más el riesgo de verse comprimida por un conflicto en el que no participa. Para los árabes cristianos de esta tierra, la aspiración legítima a la creación de un Estado de Palestina aquí nunca toma la forma de acciones violentas”. “Mi pensamiento se dirige especialmente a la pequeña comunidad cristiana de Gaza, que corre el riesgo de extinguirse”, asevera.

Sin peregrinaciones y escuelas cerradas

Sobre los peregrinos que se encuentran en el país, Patton indica que “muchos ya han abandonado el país y muchos otros lo harán en los próximos días. El aeropuerto Ben Gurión de Tel Aviv permaneció abierto, pero se cancelaron muchos vuelos. Muchos peregrinos están intentando cambiar sus billetes para anticipar el regreso a sus países”.

“Sobre este aspecto de las peregrinaciones, mi preocupación es grande: hay una gran parte de cristianos aquí en Jerusalén y Belén que se ganan la vida trabajando en la industria turística. Para ellos se abre ahora un tiempo, quizá largo, de inactividad como en la época del Covid, que afectará a sus ya muy precarias condiciones de vida”, destaca.

Además, “las normas gubernamentales para los próximos días incluyen el cierre cautelar de todas las escuelas y la introducción de normas relacionadas con el estado de guerra. Es algo que hacemos a regañadientes, porque hubiera sido muy oportuno ayudar a los niños a reflexionar sobre lo que está ocurriendo y desarrollar con ellos un pensamiento de paz”. “Nuestras escuelas son uno de los pocos lugares donde se hacen esfuerzos por educar en la paz y la convivencia en esta tierra atormentada”, añade.

Que callen las armas

Sobre el comunicado de todos los jefes de las Iglesias cristianas de Jerusalén, que la embajada de Israel ante el Vaticano tachó de equidistante, Patton defiende que se trata “básicamente de un llamamiento a la paz y al silenciamiento inmediato de las armas”.

El franciscano invita a todos a unirse en oración por Tierra Santa “para que se abra algún cauce de diálogo con vistas, si no a la paz, al menos al silenciamiento de las armas y al respeto de la población civil y de los prisioneros capturados”.

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