La encíclica Laudato si’ y la seguridad alimentaria


Compartir

La lucha contra el cambio climático en uno de los mayores retos que enfrenta la sociedad, en especial en los países de llamado Tercer Mundo. La Iglesia no es ajena a esta realidad y en su magisterio siempre se ha preocupado por los marginados planteando un mensaje de esperanza frente a las dificultades que el mundo atraviesa, bastaría con echarle una mirada a la Doctrina Social de la Iglesia.



La encíclica Laudato Si” enseña la importancia de mantener un equilibrio entre los seres humanos y la naturaleza para garantizar el futuro sostenible del planeta. En este sentido, desde que se generó la crisis socioeconómica que trajo consigo la pandemia por Covid-19 a inicios del año 2020 desencadenó una emergencia social de escala global de muy considerables consecuencias.

Según datos ofrecidos por la “Food and Agriculture Organization” FAO en 2021, 821 millones de personas pasaban hambre, lo que supone un aumento de unos 46 millones desde 2020 y de 150 millones desde el brote de la pandemia de la enfermedad por coronavirus . La situación no ha sido mejor para América Latina y el Caribe, donde tan solo “durante 2019, el 7,4% de la población de América Latina y el Caribe vivió con hambre, lo que equivale a 47,7 millones de personas.

La situación se ha ido deteriorando durante los últimos 5 años, con un aumento de 13,2 millones de personas con subalimentación” . Tan solo en Colombia el 54.2% de los hogares está bajo condición de inseguridad alimentaria, donde 1.7 millones de personas solo consumen dos alimentos diariamente . Pese a que desde 2008 el país desarrolló un programa para contrarrestar la inseguridad alimentaria, el Plan Nacional de Seguridad Alimentaria y Nutricional, aspectos de orden social y estructural han impedido que haya una incidencia positiva al respecto en amplias zonas del país. Actualmente en Colombia, “más de 15,5 millones de personas sufren por la falta de alimentos y más de 560 mil niños y niñas menores de cinco años padecen desnutrición crónica” .

Frente a esta problemática, el papa Francisco declaró es en relación a garantizar el derecho a la alimentación y la seguridad alimentaria a nivel global, afianzando de esta manera la dignidad del ser humano:

Si queremos garantizar el derecho fundamental a un nivel de vida adecuado y cumplir nuestros compromisos para alcanzar el objetivo Hambre Cero, no basta con producir alimentos. Se necesita una nueva mentalidad y un nuevo enfoque integral y diseñar sistemas alimentarios que protejan la Tierra y mantengan la dignidad de la persona humana en el centro; que garanticen suficientes alimentos a nivel mundial y promuevan el trabajo digno a nivel local; y que alimenten al mundo hoy, sin comprometer el futuro .

Las declaraciones del Santo Padre son manifestación de su preocupación por la búsqueda de soluciones y respuestas efectivas ante el problema del hambre y la desnutrición; por lo que invita a la adopción de medidas que permitan identificar los problemas estructurales que provocan las crisis sociales que a su vez desembocan en inseguridad alimentaria.

Por otra parte, el Papa Francisco manifiesta que: “el deterioro del medioambiente y de la sociedad afecta a las personas más vulnerables del planeta”, asimismo en el numeral 12 de Laudato Si” afirma:

“Los recursos de la Tierra también están siendo depredados a causa de formas inmediatistas de entender la economía y la actividad comercial y productiva. La pérdida de selvas y bosques implica al mismo tiempo la pérdida de especies que podrían significar en el futuro recursos sumamente importantes, no solo para la alimentación, sino también para la curación de enfermedades y para múltiples servicios.

Las diversas especies contienen genes que pueden ser recursos claves para resolver en el futuro alguna necesidad humana o para regular algún problema ambiental”.

Lo anterior indica la precoupacion del Papa por la alimentacion de la poblacion más pobre del mundo, ya que el cambio climatico y el detoerioro de la casa común trae consigo cifras alarmantes de hambruna especialmente en la población más vulnerable. Por tanto, los desequilibrios ambientales que provoca el indiscriminado desarrollo de algunos pocos, en definitiva, afecta a todos, pero principalmente a los más pobres. El Papa Francisco destaca la estrecha conexión entre crisis ecológica y la injusticia con los más pobres.

En conclusión, para garantizar la seguridad alimentaria a la luz del magisterio de la Iglesia se debe iniciar por marcar la diferencia y lograr una verdadera transformación, que realmente escuche el clamor de la tierra y de los más pobres, trabajando juntos para cuidar el hogar común.


Por Leonardo Hernández González. Teólogo de la Universidad Pontificia Bolivariana y exalumno de la Academia Internacional de Líderes Católicos.