José Beltrán, director de Vida Nueva
Director de Vida Nueva

El otro precio justo


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JUEVES

Juanjo se lamenta de no poder celebrar el lavatorio de los pies. Porque para él es la base de toda teología. De nuestra fe. “Nos recuerda que la salvación no llega de arriba abajo, sino de abajo arriba”.



VIERNES

Termina el viacrucis vaticano. El del Viernes Santo. El otro es diario. Tres niños rompen el protocolo para saludar al Papa. Después de bromear con ellos, baja del altar y retorna hacia la basílica de San Pedro. Acelera el paso. Doy por hecho que va a persignarse ante el Cristo que ha presidido el acto colgado en un tapiz rojo de la entrada principal del templo. Pero no. Hay otro chaval en un lateral, acompañado de una de las religiosas del centro de acogida al que pertenece. Francisco desvía sus pasos: de la imagen al niño. De arriba abajo. Va a ser que Juanjo tiene razón.

El precio justo Carlos Sobera Telecinco

SÁBADO

Tiempo de desierto. De cierta oscuridad si uno se toma en serio adentrarse en el luto previo a la Pascua. Pero con el riesgo de dejarse sepultar por la pesada losa, con la excusa de que, en el fondo, uno está resguardado. Enmarañarse en la propia desdicha. El síndrome de Calimero. Refunfuñar o lloriquear por decreto en cuanto hay algo que requiere romper el cascarón.

DOMINGO

Las mujeres fueron las primeras. Pero solo se las reconoció su avidez de ir por delante aquella mañana. Feliz Pascua.

LUNES

Debo vivir atrapado en los 90, porque me lo estoy pasando pipa viendo el estreno de ‘El precio justo’. No doy ni una para ordenar productos caros, pero he clavado el coste del amoniaco y del abrillantador de suelos. Algo falla si uno clava lo que vale un Smart TV y se despista a la hora de valorar lo que se paga por una botella de lejía. Hágaselo mirar. Se empieza por ignorar la factura del estropajo y se pierde el baremo para a-preciar lo esencial de la vida. El otro precio justo.

MARTES

“Consejos te doy que para mí no quiero”. Dicho popular que chista mi madre de vez en cuando. Dicho popular para mitrales que reivindican libertad de expresión cuando sus afines son cuestionados, pero acuden a intentar acallar o desprestigiar a quienes no se ajustan a lo mitralmente correcto. Utilizando las ondas o las cartas con sello a Roma. “Censuras te doy que para mí no quiero”.