Fernando Vidal
Director de la Cátedra Amoris Laetitia

Comprometernos con la esperanza


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Hay que vencer la depresión política, degradada a niveles destructivos. El juego de la polarización ha hecho que se deje de considerar el respeto como signo de civilización y la lealtad institucional como garantía de paz social. La estrategia electoral se ha instalado en un paradigma divisionista.



El efecto general es un sentimiento de abandono. Se extienden la desconfianza y la depresión política: se siente mayoritariamente que no se sirve al ciudadano, sino a intereses partitocráticos. Eso conduce a que la gente se considere abandonada por la política, y este es el caldo de cultivo de los peores extremismos.

Contra la depresión política, necesitamos urgentemente buscar noticias esperanzadoras en política. No nos dejemos inundar por las noticias venenosas y busquemos más información de dónde se está creando lo esperanzador.

Una de esas buenas noticias procede del emergente partido Por un Mundo Más Justo (M+J), que en una reciente asamblea ha proclamado su compromiso activo con la promoción de la cultura del encuentro en todos los ámbitos y por todos los medios a su alcance. Se han comprometido a la reducción de la polarización y a poner el acento en lo que une a la sociedad, superar los bloques. Crean consensos alrededor de las más eficaces soluciones, especialmente para los más vulnerables, como la reciente regularización de inmigrantes. Proponen implementar a fondo políticas que tengan un 66% de apoyo: menos cosas, más profundas.

Otra política es posible

M+J es de los pocos partidos que está en todos los territorios del país y, aunque sea minoritario, es un luminoso signo de esperanza de que es posible hacer una política más limpia, humilde, constructiva y hasta fraternal. Lo más transformador en medio de la barbarie es la presencia de un justo: es la mayor prueba de que otra política es posible.

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