¿Cómo era el rostro de Jesús?


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El pasado 3 de octubre, Vida Nueva se hacía eco de una noticia relativa al rostro de Jesús. Bas Uterwijk, un artista y fotógrafo holandés, ofrecía dos versiones realistas de Jesús, una con el pelo largo y otra con el cabello corto. Era el resultado de combinar diversos rostros de Jesús en el arte empleando un software especializado en pinturas y fotografías de miles de rostros humanos. En opinión de Uterwijk, su obra es la “impresión artística de cómo podría haberse visto este hombre, más que una búsqueda científica de una semejanza exacta”.



La descripción más detallada

Sea como fuere, y aunque hubo algunos leves intentos en la antigüedad de presentar los rasgos físicos de Jesús, probablemente la descripción más detallada procede de un texto de comienzos del siglo XIV –la ‘Carta de Léntulo’, nombre de un ficticio cónsul romano que habría visto a Jesús– que tuvo gran influencia en Occidente incluso hasta nuestros días. Jesús es descrito allí de la siguiente manera:

“Es de talla media y hermoso de ver, con una expresión digna de veneración, al que pueden amar y temer aquellos que le miran. Sus cabellos tienen el color de una avellana precozmente madura; son casi rectos hasta las orejas, pero, a partir de las orejas, son rizados, un poco más claros y más brillantes; caen sobre sus hombros; tiene una raya en mitad de la cabeza, a la manera de los nazarenos. Su frente es lisa y muy serena; su rostro, sin mancha ni tacha alguna, es más hermosa debido a un cierto rubor. Su nariz y sus orejas son irreprochables. Tiene una barba espesa y juvenil, del mismo color que sus cabellos; no es larga, aunque se divide ligeramente en dos justo en el mentón. Tiene un aire sencillo y maduro, con ojos verdes, cambiantes y claros. Temible cuando se trata de censurar, dulce y amable cuando se tata de exhortar; alegre conservando su seriedad. Jamás se le ha visto reír, pero sí llorar”.

No hace falta esforzarse mucho para ver en esta descripción el origen de muchas de las estampas de Jesús que hemos conocido.