“Sin procesiones ni tamborradas, sin bendiciones de cautivos o estruendo de matracas más que nunca este año la procesión va por dentro. 'El drama que estamos atravesando nos obliga a tomar en serio lo que cuenta, a no perdernos en cosas insignificantes, a redescubrir que la vida no sirve, si no se sirve. Porque la vida se mide desde el amor', señaló el papa Francisco”.