A la luz del Vaticano II, hay cuatro modelos de liderazgo, magisterio y organización eclesial, y, por ello, de entender y practicar la sinodalidad. Entre ellos, el unipersonal “consensuado” es el que propone y promueve el papa Francisco. Pero existe también el modelo “vinculante” que, implementado en el llamado Camino Sinodal Alemán, busca articular la igualdad entre todos los bautizados con la diferenciación y complementariedad de los ministros ordenados
Existe una gran diversidad de “practicantes”, según el núcleo del Evangelio que se prime. Pero también nos encontramos con quienes –anunciando el Reino de Dios, sobre todo de obra, o buscando al Nazareno entre penumbras– tienen muchas dificultades para participar en la eucaristía. ¿Es teológica y sociológicamente consistente seguir sosteniendo que solo son cristianos “practicantes” los que participan en la eucaristía dominical?
En estos días de recordatorios al obispo francés Jacques Gaillot, que acaba de fallecer, su vida y trayectoria –desde “su despido papal” a “su retorno” a la casa eclesial, por obra de Francisco y, sobre todo, su enorme presencia entre los últimos del mundo, gracias también a su original diócesis virtual– nos invitan hoy a acometer una necesaria reflexión jurídica y teológica sobre los modelos de presencia eclesial
El pasado mes de noviembre, Francisco cesaba a la cúpula de Caritas Internationalis y anunciaba el nombramiento de una comisión que proponga “nuevas herramientas de gestión y liderazgo”. Esta decisión invita a abrir un diálogo sobre posibles modelos de gestión desde los fundamentos cristológico y eclesial o “pastoral”.
Apostó por un magisterio papal marcadamente unipersonal y autoritativo, y al margen del sentir del Pueblo de Dios, así como se decantó por una moral sexual y una pastoral matrimonial (y familiar) presididas por la “verdad” de la ley moral natural.
Próximos a la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales (29 de mayo), y siguiendo el consejo del papa Francisco en su mensaje para este año de “escuchar con los oídos del corazón”, es tiempo de recrear el mensaje evangélico desde una legítima pluralidad
Hay propuestas de espiritualidad “sin Dios” centradas en la luminosidad del “sí eterno”; el “silencio audible”; el “todo”; “la verdad que me contiene y a la que yo contengo” o “lo real, pero sin otro”. Son descripciones al servicio –como se aprecia en A. Comte-Sponville– de una explicación “sin Dios”. Un ‘jesu-cristiano’ y ‘uni-trinitario’ encuentra muchos puntos de conexión con esta experiencia –espiritual e, incluso, mística–, pero se desmarca de su explicación “sin Dios” por diferentes argumentos, entre otros, que es una experiencia en la que “la carne” no está presente
A la pregunta del título, formulada en abstracto, solo puedo responder de manera personal. Yo no soy sociólogo. Y, por ello, no puedo ofrecer una respuesta debidamente contrastada con los datos recogidos mediante encuestas o entrevistas. Por eso, solo me queda exponer lo que pienso al respecto con la esperanza de hacerlo, por lo menos, de manera razonada, y siempre en diálogo –empático y crítico– con otros pareceres
Probablemente, la publicación más relevante de Hans Küng, fallecido este 6 de abril de 2021, haya sido La Iglesia (Barcelona, 1968); al menos, desde el punto de vista pastoral y eclesiológico. En este …
"El gobierno eclesial de Karol Wojtyla se parecía más, si se me permite la analogía, a una multinacional con delegaciones dispersas por el mundo que a una comunión de Iglesias. Y así ha sido, por duro que resulte digerirlo, hasta que Francisco fue promovido a la cátedra de Pedro para reformar, de nuevo, la Curia".