El célebre astrónomo polaco Nicolás Copérnico (1473-1543) descansará por fin en paz 467 años después de su muerte. Un portavoz de la diócesis de Warmia acaba de anunciar que el próximo 22 de mayo, la catedral de Frombork, de la que fue canónigo, celebrará los funerales oficiales del científico que, con su teoría heliocéntrica (el sol como centro del universo), revolucionó la visión del mundo. Sus restos mortales, descubiertos hace sólo cuatro años, reposarán bajo un altar del templo en un monumento de granito negro de dos toneladas de peso cuyos trabajos de construcción darán comienzo este mes de enero. La Iglesia como morada eterna para uno de los hombres más audaces de su tiempo. Una buena noticia para comenzar el año, sobre todo, para quienes siguen creyendo en el necesario diálogo entre ciencia y fe.
En el nº 2.690 de Vida Nueva.
