Un ‘Vida Nueva’ en América

(José María ArnaizSM-Ex Secretario General de la Unión de Superiores Generales) Hace unos días viajaba en Lan desde Madrid a Santiago de Chile. Antes de despegar el avión ya había comenzado a leer los dos últimos números del mes de marzo de Vida Nueva, que cada vez me gusta más. Y afirmo esto aunque alguno pueda decir “que de muy cerca viene la recomendación”. Cuando terminé con el número de Pascua, el señor que estaba al lado, que en el entretanto había seguido parte de mi lectura de reojo, me dice: “¿Me puede prestar la revista?”. Por supuesto que no lo dudé.

En ella se enfrascó por espacio de hora y media, ya que leyó hasta el Pliego del número. Y la pregunta del millón llegó de mi parte: “¿Le ha gustado?”. La respuesta sonó más o menos a así: “Me gusta mucho, no había visto otra revista así; valoro el contenido y también la presentación, es algo distinto, informa y forma, pone al día en política y en vida de Iglesia, le lleva a uno al corazón de la realidad, hace pensar y se disfruta leyéndola, inquieta pero no desazona…”. Reconoció que no todo lo entendía y que un poco menos clerical le resultaría más interesante.

¿Quién era el que así hablaba? Un vicedirector de un colegio católico, padre de familia de tres hijos, metido en política y muy al día en educación. Después de un diálogo que se prolongó por más de una hora, en el que nos presentamos más y mejor el uno y el otro, él hizo también su pregunta del millón: “¿Quién está detrás de esta publicación? En Chile necesitamos algo semejante; no tenemos cosa parecida. ¿Usted podría hacer algo?”. La respuesta fue sencilla. Por lo menos escribir una columna sobre el tema y quizás algo más. América Latina puede dar más vida a Vida Nueva. Y sabe hacerlo, pero al mismo tiempo creo que un Vida Nueva-América sería el mejor fruto de este cincuentenario que la revista está celebrando.

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