Sobre el artículo de la homosexualidad

(María José Carrascosa Soriano– Valencia) He leído su revista nº 2.640, del 13 al 19 de diciembre, y me ha gustado el artículo positivo de Josep Miró i Ardèvol sobre cómo vivir la fe desde la homosexualidad. En cuanto al texto de Juan José Broch, tengo que decir que me parece, a lo menos, confuso.

Dice que Jesús nunca condenó la homosexualidad (a parte de que san Pablo en la primera carta a los Corintios la condena claramente, igual que el adulterio, fornicación, etc.). Jesús en la Biblia tampoco condena el aborto y tantas cosas más que son pecado. La interpretación de la Iglesia es clara y ya lo dice el artículo de Miró i Ardèvol: “No pueden recibir aprobación en ningún caso… apoyándose en la Sagrada Escritura, que lo presenta como una depravación grave”. Más claro, imposible. No entiendo que su revista, por muy solidaria o ‘progre’ que quiera ser, publique ese artículo como si de lo más natural se tratara. Si este señor es tan creyente,  ¿por qué no se apoya en lo que dice el Magisterio de la Iglesia, aunque no sea del todo de su agrado?

Otra cuestión: ¿de dónde se saca el Sr. Broch que el centurión estaba enamorado de su criado? Me parece de chiste. Cada uno interpreta lo que le da la gana, ¡barriendo para casa, claro! En cualquier caso, una invención que lleva a la confusión y no es digna de ser publicada en Vida Nueva.

Por otra parte, critica la reciente negativa del Vaticano a apoyar una iniciativa presentada ante la ONU para acabar con las aberrantes leyes de algunos países que permiten encarcelar a las personas por el hecho de ser homosexuales. Esto no es exacto. Es una interpretación victimista. Le trasncribo unas palabras publicadas en Zenit: “La Santa Sede sigue defendiendo que cualquier signo de injusta discriminación hacia las personas homosexuales debe ser evitado y urge a los Estados a suprimir los castigos penales contra ellos”, dijo la delegación en una nota colgada en la página web del Vaticano (www.vatican.va) el viernes. 

Al mismo tiempo, la Santa Sede observa que la redacción de esta declaración va más allá de la intención mencionada arriba y compartida. El Vaticano destacó las expresiones ‘orientación sexual’ e ‘identidad de género’ en el texto, diciendo que “esto crearía una grave incertidumbre en la ley”, en lo que parecía ser una referencia a su oposición al matrimonio gay. 

El observador permanente del Vaticano en Naciones Unidas, el arzobispo Celestino Migliore, ha advertido con anterioridad que el texto propuesto con apoyo europeo podría llevar a una discriminación inversa contra el tradicional matrimonio heterosexual. “Si adoptasen, crearían nuevas e implacables discriminaciones”, dijo Migliore a una agencia francesa católica de noticias. “Por ejemplo, los estados que no reconocen las uniones de personas del mismo sexo como ‘matrimonio’, serán puestos en la picota y sometidos a presión”. 

La Iglesia católica enseña que mientras la homosexualidad no es un pecado, los actos homosexuales sí lo son. 

En el nº 2.642 de Vida Nueva.

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