JUAN RUBIO, director de Vida Nueva | Hace un año, Benedicto XVI miraba absorto la belleza del templo de Gaudí en Barcelona. Al oído, el cardenal Bertone le contaba que, en catalán, cuando se reza el Credo, se sigue diciendo la nota de la Iglesia, suprimida en otras traducciones por mor del ecumenismo: “Una, santa, católica, apostólica y romana”. Agradable oírlo. Y el Papa puso bálsamo a la herida de otra visita, la de Juan Pablo II en 1982, fría y tormentosa.
El resto lo entiende bien un bávaro con opinión propia sobre la Alemania imperial. Ahora Bertone, la vía catalana del Papa, recibirá el Premio Conde de Barcelona, instituido por La Vanguardia, el periódico generalista con una información religiosa brillante.
Pero lo importante son las razones: “Por la templanza, prudencia y espíritu de apertura en afinada sintonía con el Papa”. Y también “por limar aristas, aconsejar sabiamente y crear lazos de unidad”. Razones de peso.
Un premio significativo para el resto de la Iglesia española, con cierta visión injusta y ligera sobre las Iglesias que peregrinan en Cataluña. Una manera inteligente sería hacer de este galardón algo de la Iglesia española y no mirar de soslayo y despreciar.
director.vidanueva@ppc-editorial.com
- La crónica del director: En las márgenes del calendario cristiano, por Juan Rubio
En el nº 2.775 de Vida Nueva.
–
INFORMACIÓN RELACIONADA
- Iglesia en España: Cataluña premia la labor diplomática del cardenal Tarcisio Bertone
