Nao de amores

(Fernando Vidal– Profesor de Sociología en la Universidad Pontificia Comillas)

“Hay todo un patrimonio cristiano que recuperar y compartir honesta y tolerantemente con todos, creyentes o no. Ese trabajo cultural de representaciones cruzadas es la base sobre la que poder renovar no sólo nuestra cultura pública, sino también nuestro paradigma de evangelización”

La compañía Nao de Amores, liderada por la directora teatral Ana Zamora, representó el año pasado la obra Misterio del Cristo de los Gascones y este año estrena en Madrid Auto de los Reyes Magos. La obra, original del siglo XII, son 147 versos que Ana ha completado con textos de Berceo, acompañados de música religiosa de la época y títeres encantadores. Ambas obras rezuman sensibilidad religiosa, pero Ana Zamora se declara agnóstica.

Sin embargo, hay en ella una honesta búsqueda de comprender con fidelidad el sentir y creer de quienes compusieron y vivieron durante siglos esas obras. Ella nos demuestra la clave fundamental de la pluralidad y la tolerancia: no sólo vivir yuxtapuesto a las creencias del otro, sino saber ponerse en su lugar, comprender con respeto y hondura su saber y acoger lo mejor de él para enriquecernos todos. Dice Ana que “abordamos el cristianismo como un referente básico a la hora de entender nuestra cultura y la clave está en trabajar con libertad absoluta pero con mucho respeto”. Ya Las Edades del Hombre mostraron cómo el arte es uno de los mejores puentes para comunicarnos cuando las palabras están gastadas y los discursos cortan. 

En este país hace falta ese doble esfuerzo de interpretarnos. Deberíamos poder comprender la voz de los otros recogiendo con fidelidad lo mejor de su propuesta, sin hacer caricatura. En nuestro país, sueño con el momento en que no tengamos ya razones para temer escuchar. Hay todo un patrimonio cristiano que recuperar y compartir honesta y tolerantemente con todos, creyentes o no. Ese trabajo cultural de representaciones cruzadas es la base sobre la que poder renovar no sólo nuestra cultura pública, sino también nuestro paradigma de evangelización. En esa nao de tolerancia, nao de respeto, en definitiva, en esa nao de amores, deberíamos embarcarnos todos.

En el nº 2.640 de Vida Nueva.

Compartir