Las asambleas autonómicas de Ceuta y Melilla, ciudades en las que se concentra la mayor proporción de musulmanes españoles, ha acordado declarar como festivo en su calendario laboral la jornada en la que se celebra la Pascua Musulmana. La decisión supone un reconocimiento de la pluralidad de creencias en nuestro país y ahonda en el desarrollo de un derecho fundamental, como es el de la libertad religiosa. A la vez, bien podría servir de vacuna contra la tentación de quienes –con un concepto equivocado de lo que ha de ser la laicidad del Estado– apenas pueden disimular sus intenciones de arrinconar las demostraciones públicas de la fe. En la foto, musulmanes celebran el fin del Ramadán en Ceuta.
En el nº 2.676 de Vida Nueva.
