El pasado 21 de enero, en Madrid, una conferencia sirvió para inaugurar lo que la Unión Europea (UE) ha decretado como Año Europeo para combatir la Pobreza y la Exclusión Social. La Conferencia de Iglesias Europeas (CEC), que integra a 124 Iglesias cristianas de todo el continente, ha recordado que estas lacras “no sólo se basan en factores económicos, sino que afectan a todas las dimensiones de la vida, no sólo al individuo, sino también a la comunidad”. En definitiva: nos afecta a todos. No únicamente a los 79 millones de pobres –un 16% de la población– que, en toda Europa, lo están pasando muy mal. Ojalá que la nueva “gobernanza europea” haga real una batalla que no debería ser un vacío brindis al sol.
En el nº 2.693 de Vida Nueva.
