Academia de Líderes Católicos de Venezuela: “Se ha hecho un daño antropológico al país en los últimos 25 años”

Luis Martínez, director nacional de la escuela, cree que el liderazgo católico puede desempolvar los valores fundamentales y contribuir al crecimiento de la nación

La Academia de Líderes Católicos de Venezuela llegó a este país, en 2022, asentándose en Valencia, para promover “la doctrina social de la Iglesia y fomentar la participación política de los católicos”. Y en los venideros meses, el nuevo cardenal, Diego Padrón, se les unirá al tren directivo.



En una nación tan polarizada, quieren dar “respuestas a cuestiones de justicia, política y economía basadas en el evangelio y el magisterio de Francisco” y que a juicio de Luis Martínez, director nacional de la escuela, “la situación en Venezuela ha estado en declive durante más de 25 años, con un agravamiento en los últimos años”.

El sacerdote considera las secuelas de esta crisis –en todos sus niveles – como un “daño antropológico”, cuyas consecuencias se ven reflejadas en una sociedad indiferente y callada “frente al daño que se le inflige”.

Este ‘daño antropológico’ no solo “afecta las emociones y la psicología de las personas, sino también su capacidad de cambio personal y social, su compromiso cívico y político, y su responsabilidad ciudadana”.

Por ello, admite que se ha instalado una especie de “megaestado”, donde “los ciudadanos demandan paternalismo oficial en lugar de comprometerse activamente en la solución de los problemas”.

Cambio de mentalidad

“Hay una herida profunda en el tejido social”, sentenció el presbítero, quien ha indicado que la actual crisis “no solo es política”, sino una secuela de hechos que ha llevado a la ciudadanía a perder “la capacidad de trabajar por el bien común”.

Se trata de una situación reflejada “en todas las instituciones del país” y que a pesar de todo “los venezolanos han buscado soluciones para sobrevivir, aunque algunas de ellas puedan ser equivocadas debido a la necesidad de subsistir”.

Por tanto, la solución no llegará con un cambio político (si bien muy necesario), sino con un cambio en la mentalidad, “en la esencia de la sociedad que requiere sanación social para construir una nueva cultura cívica, valores ciudadanos y participación política”.

El liderazgo de la Iglesia

Martínez también echa mano del bagaje histórico de los aportes de la Iglesia en Venezuela, que “ha mantenido la valentía y cohesión del Episcopado y ha desarrollado una teología política que enfatiza el compromiso de los creyentes”.

Sin embargo, la Iglesia ha perdido “su liderazgo alternativo y no ha formado nuevos líderes políticos y sociales. Tiene la oportunidad de aprovechar su doctrina y estructura para formar a futuros líderes desde la doctrina social de la Iglesia”.

En este sentido, la Iglesia “debe vincular la formación de conciencia con la resolución de problemas como el alimenticio para transmitir dignidad”, porque “en los microsistemas, la relación entre gobierno e Iglesia no genera tensiones y se promueve el encuentro y la reconciliación”.

Aquí el liderazgo cristiano, al estilo de Jesús, basado en una pedagogía propositiva “y no impositiva” permitirá transitar los anhelados caminos de entendimiento que tanto urge la nación suramericana.

“En un contexto como Venezuela, donde se necesitan respuestas a preguntas existenciales, el liderazgo católico puede desempolvar los valores fundamentales y contribuir al crecimiento del país, promoviendo lo bello, lo bueno, lo bondadoso y lo verdadero en lugar de lo meramente ideológico”, añadió.

Foto: Academia de Líderes Católicos

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