Uribe pide la mediación eclesial en la liberación de rehenes

Aunque sorprendido, el Episcopado colombiano se muestra dispuesto a secundar la iniciativa presidencial

(J. L. Celada) Aún se desconoce el nombre del delegado eclesial que pudiera servir como garante de la liberación de seis rehenes prometida en diciembre por las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). En vísperas de su viaje a Washington -donde iba a ser condecorado por el presidente saliente de los Estados Unidos, George W. Bush, junto a otras personalidades extranjeras-, Álvaro Uribe anunció el día 12 en el Palacio de Nariño su deseo de que el Vaticano actúe como intermediario entre el Gobierno que preside y las FARC para lograr la liberación de un nuevo grupo de personas en poder de esta guerrilla. El mandatario, que ofreció garantías a la Cruz Roja para acoger a los futuros liberados, expresó su confianza en que el papa Benedicto XVI o la propia Iglesia católica colombiana nombren a un delegado que garantice dicha liberación de rehenes.

Representantes de esta última institución se mostraron sorprendidos por las palabras de Uribe, porque “en los últimos días no ha habido ningún diálogo en ese sentido” -admitió ante los periodistas el presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC) y arzobispo de Barranquilla, Rubén Salazar Gómez-, aunque plenamente dispuestos a secundar la iniciativa presidencial.

La oferta realizada por las FARC a finales del pasado año se ha complicado en medio de las disputas en torno a la exigencia de que, además de la presencia del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), durante la entrega de cautivos también debería estar presente un representante de la comunidad internacional. Sin embargo, Uribe, que sí respalda la actuación del CICR en cualquier entrega, ha descartado por completo la posibilidad de que participen gobiernos extranjeros en la liberación de rehenes. 

Según diversos analistas, cuando las FARC admiten la participación de “una personalidad democrática de un país hermano”, habitualmente se refieren más a un delegado de Venezuela o Ecuador que a un representante vaticano, dado que la guerrilla no ha tenido muy buenas relaciones con la Iglesia católica en el pasado. Las mismas fuentes recuerdan que las mediaciones de la Iglesia con las FARC en busca de un intercambio humanitario han sido infructuosas hasta el momento, quizá porque, si bien ven con buenos ojos los oficios particulares de algunos prelados de su país, no sienten lo mismo frente a nombres que se presenten en nombre de la institución en su conjunto. 

Sin reacción de las FARC

Aun con todo, Álvaro Uribe se mostró realmente entusiasmado ante la posible mediación de la Iglesia: “Si la Iglesia católica, a nivel nacional o incluso el Vaticano, la Secretaría de Estado del Vaticano, o la persona o institución que designe su Santidad puede ayudar para que se de la liberación de los secuestrados, el Gobierno lo autoriza y le dará la bienvenida”. Las FARC siguen sin pronunciarse al respecto.

En el nº 2.644 de Vida Nueva.

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