Un tiempo de prueba y de gracia para Paraguay

El presidente del Episcopado, Pastor Cuquejo, anima a no ceder ante la “crisis”

lugo-y-cuquejo(Vida Nueva) Convertir la delicada coyuntura económica actual y las especiales circunstancias por las que atraviesa Paraguay -tras los recientes, sorprendentes y sucesivos anuncios de la paternidad del presidente y ex obispo, Fernando Lugo– en una verdadera oportunidad. Es la invitación del presidente de la Conferencia Episcopal Paraguaya (CEP), Pastor Cuquejo, a los fieles del país. En un reciente mensaje -titulado Un tiempo de crisis, un tiempo de gracia– publicado en la Pascua, el también arzobispo de Asunción reconoce “los dolores de la mente y del espíritu” por los que está pasando la Iglesia paraguaya y todos aquéllos que quieren vivir su fe de una manera coherente.

“Es la fe la que está siendo puesta a prueba, y no sólo por medio de la duda espiritual, sino de la duda existencial”, dice con cierto tono apenado, y añade: “Muchos se preguntan: ¿vale la pena ser cristiano? ¿Merecemos estos sufrimientos, esta desolación que estamos sintiendo? (…) ¿Por qué [la Pascua] está tan cargada de angustias y frustraciones ante la vida cuestionada de los consagrados y otros cristianos laicos?”.

En ningún momento de su carta el presidente del Episcopado concreta de dónde nacen estas angustias; simplemente, apunta que muchos católicos están viviendo por primera vez “estos sufrimientos que tocan el corazón de nuestra vida cristiana”, y admite que, ante esta “crisis, que significa conmoción, cambio, cuestionamiento, dolor”, las reacciones de desorientación y hasta desconfianza son “muy humanas” y “muy comunes”. “No nos gusta sufrir. Nos cuesta aceptar los reveses de la vida, los desencantos, los vacíos del alma”, asegura.

Palabra de aliento

Así que, intentando dar una palabra de aliento efectivo y esperanzador, y lejos de quedarse en el derrotismo, Cuquejo anima a los fieles a mirar hacia delante y a poner de su parte para superar esta situación. Y, con la imagen de la oración de Jesús en Getsemaní como referente, exhorta: “no podemos quedarnos en la crisis para que se resuelva por sí sola”.

Así pues, el arzobispo propone llenarse de la gracia de Dios, es decir, optar por una “vida despojada y de entrega total a Él por medio de Jesucristo, su Hijo”. Y recuerda que, para encontrarse con el Dios vivo, “el que quiere reinar en nuestros corazones”, no hace falta la ciencia o la filosofía: “En Jesús encontramos el modelo para enderezar nuestros pensamientos, actitudes y acciones”. Cuquejo remata con un deseo: “Con la vida serena y sin pretensiones, vivamos el mensaje de la verdad, la libertad, la justicia y la paz. Se trata justamente de eso”.

En el nº 2.658 de Vida Nueva.

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