El National Catholic Register pide quitar de las iglesias las obras del padre Marko Rupnik, acusado de abuso sexual

El periódico católico más antiguo de los Estados Unidos considera que se trata de un proceso largo y costoso, pero necesario a favor de las víctimas

Santuario Nacional de San Juan Pablo II en Washington, DC

El caso del sacerdote jesuita Marko Rupnik, acusado de abuso sexual, aún no tiene un fallo oficial por parte de la Iglesia católica; sin embargo, ya hay voces que piden que sus obras de arte sean retiradas de todos los templos.



Esta semana, el National Catholic Register, el periódico católico más antigo de los Estados Unidos, publicó un editorial titulado ‘Es hora de eliminar el arte del padre Rupnik’, en el que llama a tomar medidas concretas para retirar de la exhibición pública los “omnipresentes mosaicos del artista deshonrado”.

¿Quién es Marko Rupnik?

Rupnik es un sacerdote y artista de 69 años de edad formado en la Compañía de Jesús en Eslovenia. En el 2022 fue acusado de ejercer abusos psicológicos, espirituales y físicos a nueve religiosas de la Comunidad Ignacio de Loyola en su país.

Al comenzar las investigaciones del caso, el Dicasterio para la Doctrina de la Fe de la Santa Sede prohibió al religioso administrar el sacramento de la confesión, dar dirección espiritual y presidir ejercicios espirituales, así como ejercer actividades públicas sin el permiso de un superior.

Sin embargo, en octubre de 2022 el Provincial de los Jesuitas en Eslovenia cerró el caso por considerar que los hechos habían prescrito, pues databan de inicios de los años 90, aunque las medidas restrictivas continuaron vigentes para Rupnik.

En junio de 2023 el sacerdote fue expulsado de la Compañía de Jesús por no haber cumplido las medidas cautelares impuestas, y excomulgado tras reconocer los hechos. En octubre de 2023, el papa Francisco reabrió el caso, pero hasta el momento no existe un fallo oficial por parte de la Santa Sede.

Un proceso lento, costoso, pero necesario

Para el National Catholic Register, si bien el proceso para retirar de las iglesias las obras del sacerdote artista podría ser costoso y lento, es necesario que la sustitución de las obras comience lo más pronto posible.

Y es que, considera que no se trata de una anticipación de un eventual veredicto en un tribunal de justicia, pues el tribunal de opinión pública ya lo ha declarado culpable de manipular y abusar sexual, espiritual y psicológicamente de múltiples hermanas religiosas bajo su autoridad.

Y apunta: “Todavía no conocemos todos los hechos y no sabemos qué destino legal le espera al ex jesuita. La cuestión es la siguiente: el padre Rupnik tiene derecho al debido proceso. Su obra de arte no lo es”.

El periódico católico señala que en ninguna parte está escrito que las obras de arte deban permanecer expuestas hasta que se dicte un veredicto de culpabilidad en un tribunal de justicia. “Como artista, el padre Rupnik ciertamente puede apreciar esto. Los grandes talentos artísticos han soportado cosas mucho peores”, argumenta.

Un mensaje para las víctimas

Tras recordar que son muchos los clientes del padre Rupnik en todo el mundo, incluido el Santuario de Lourdes en Francia, el Santuario Nacional de San Juan Pablo II en Washington, D.C. e incluso el propio Vaticano, el National Catholic Register señaló que estos no deben nada a su obra de arte, ni siquiera la presunción de inocencia.

“Sus distintivos mosaicos fueron encargados con un propósito: elevar las mentes y los corazones hacia Dios. Ya no son capaces, si alguna vez lo fueron, de lograr ese propósito“.

Y sentenció: “Cualquier belleza y religiosidad que alguna vez poseyeron se pierde; las acusaciones contra el padre Rupnik son demasiado numerosas y demasiado oscuras. Si al menos una de estas afirmaciones resulta cierta, las heridas que habrá sufrido su víctima serán tan profundas que es posible que nunca sanen por completo en este lado del cielo”.

Por ello -concluyó- una pared en blanco y una nueva capa de pintura envían un mensaje simbólico de que, a través de la gracia de Dios, algún día realizaremos la gran promesa: “Él enjugará toda lágrima de sus ojos. … ‘He aquí, yo hago nuevas todas las cosas'”. (Apocalipsis 21:5).

 

Foto: Santuario Nacional de San Juan Pablo II en Washington, D.C.

Noticias relacionadas
Compartir