Desde la tarde del jueves 7 y culminando al día siguiente, el templo de Lo Vásquez, junto a la carretera a 87 kilómetros de Santiago y 32 de Valparaíso, recibió a más de un millón de peregrinos que llegaron allí a pie, en bicicleta, en buses y autos, pese a las altas temperaturas que se registraron en estos días. Para facilitar el desplazamiento de los devotos las autoridades civiles cierran la carretera y un elevado número de policías resguardan la zona y sus accesos.
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Esta compleja situación requiere la coordinación entre varios organismos civiles, municipales y regionales, y el obispado de Valparaíso a fin de ordenar el tránsito, los accesos al templo y los servicios, con máxima seguridad y facilitando a los peregrinos condiciones apropiadas para cumplir sus objetivos.
Misas cada hora
Esta multitud hace necesaria la presencia de decenas de sacerdotes que se turnan para acoger a los devotos, escuchar sus confesiones y celebrar la eucaristía cada hora desde el jueves a las 19 horas hasta el viernes a las 16. El apoyo de religiosas, religiosos, diáconos permanentes y seminaristas es ayuda indispensable para la acogida, atención y servicios.
A las 17 horas del viernes tuvo lugar la procesión de la Virgen desde el interior del Santuario hasta el Calvario, ubicado en la parte alta del terreno adyacente al templo y a las 18 se celebró la última Misa.
Antes, a las 12 horas presidió la eucaristía el obispo Jorge Vega Velasco, svd, quien en su homilía invitó a los miles de peregrinos presentes a leer la Biblia para conocer más y mejor a Jesús, hijo de María.
Devoción personal llegó a santuario diocesano
Esta es una de las más concurridas devociones en Chile con personas que llegan a Lo Vásquez desde varias regiones del país. Su singular origen, a comienzos del siglo XIX, tuvo lugar en la iniciativa de don José Ulloa quien colocó una imagen de la Virgen en el jardín a la entrada de su casa, la que empezó a tener visitantes en cantidad creciente. La trasladó a un galpón de su propiedad que arregló como capilla y pidió a un sacerdote que celebrara Misas allí. Ya en 1849, en los archivos parroquiales de Casablanca aparecen los primeros bautizos hechos por el párroco don José Manuel León en la Capilla de Lo Vásquez.
Este mismo sacerdote mercedario trasladó la imagen de la Virgen a otro lugar al borde de la carretera de Santiago a Valparaíso, donde está actualmente, y construyó una capilla. Varios terremotos fueron destruyendo sucesivas capillas hasta la que se bendijo en 1913, ampliada 5 años después con dos naves laterales.
Cada año aumentaba el número de devotos que acudían durante la fiesta de la Inmaculada Concepción, pero también durante el año crecía el número de visitas permanentes de fieles a orar. Hoy es un centro importante de devoción popular en el centro del país, que tiene un hito multitudinario de devoción en la fiesta de la Inmaculada Concepción. En 1960, el obispo de Valparaíso, Raúl Silva Henríquez, lo declaró Santuario diocesano.
