Laura Montesinos no solo descubrió que la muerte no es el final, sino que alcanzó la certeza de que una nueva vida empezaba. Aunque no estaba preparada para perder a su marido, en la treintena de la vida y con una hija supo abordar esa punzante ausencia de la mejor manera posible: convirtiéndola en la tarea medular de su existencia. En su libro ‘Tu muerte es vida’ (Harper Collins) explica cómo encontrar la luz en mitad de un dolor tan hondo y hallar el sentido real de nuestro paso terrenal. Cómo vivir con esperanza, sin miedo y con la confianza de que cada desgracia no es un error, sino que todo forma parte de un plan perfecto para alcanzar nuestro verdadero “yo”.
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PREGUNTA.- ¿Su ‘sí, quiero’ fue la instantánea más importante de su vida?
RESPUESTA.- Desde luego ha sido el momento más bonito de mi día hasta hoy. Ese día lo tengo grabado a fuego en la retina y en mi corazón. Un día que ha marcado mi vida para siempre.
P.- ¿Por eso escribe este libro?
R.- Pienso que las cosas buenas se cuentan. He descubierto el amor y no me lo puedo callar, sería mediocre por mi parte descubrir algo tan maravilloso y quedármelo para mí sola. Además, todo lo que he crecido en estos últimos años es fruto de ese descubrimiento. Por tanto si a alguien le sirve… todo lo vivido y lo sufrido ya ha valido la pena.
Empezar de nuevo
P.- En el libro explica cómo, después de una vida matrimonial plena y una hija, un día, de repente, su marido fallece de muerte súbita…
R.- En un primer momento me quedé en ‘shock’, es algo que nunca hubiera esperado. Jamás hubiera imaginado un final así y más cuando no había causa alguna. Es algo así como perderlo todo, tu vida, tus planes, tu familia, tu todo… desaparece todo. Tenía 32 años y una vida preciosa llena de cosas… en ese momento mis amigas se estaban casando y empezando sus vidas y yo de la noche a la mañana me vi que debía empezar de nuevo desde cero y sin el amor de mi vida. Es algo durísimo, muy difícil de explicar, pero tuve la gran suerte de tener una luz que despertó en mi corazón y que me hizo ver toda esta tragedia con los ojos de la fe.
P.- ¿Qué le dice a Dios en ese instante?
R.- Simplemente me fie de Él. Sabía que un Dios Amor no se estaba equivocando aunque aquello pareciese macabro. De repente entendí que el cielo tenía un plan para mí, que jamás hubiera imaginado, pero que era el mío, el que Dios había pensado para mi vida y para mi salvación. Y si Dios, que es Padre y Amor, permitía que ocurriese esto en mi vida, pues tenía que confiar e intentar pensar en el “para qué”.
Etapa de crecimiento
P.- ¿De qué modo atravesó el duelo?
R.- El duelo es algo muy personal, cada persona lo vive de una manera. Principalmente me apoyé en mi familia, en mis amigos y en la fe. Me ayudó mucho entonces hablar del tema con naturalidad, sin tapujos. El duelo ha sido una etapa de crecimiento personal enorme y, a pesar de todo, muy enriquecedora. Me siento muy afortunada por el cariño que he recibido todos estos años de familiares y amigos. Su acompañamiento ha sido de vital importancia para mantenerme fuerte en todo el proceso.
P.- ¿Y no se enfadó con el de arriba?
R.- Es verdad que la ira es una etapa del duelo, pero en mi caso, la verdad es que hasta el día de hoy no me he enfadado con Dio; todo lo contrario, me fie de Él desde el primer momento. La presencia de Dios en mi corazón y en mi vida ha sido clave en todo este proceso, porque encontré el sentido de mi existencia. Sé que todo este sufrimiento es fecundo y que no es en vano. No hay gloria sin cruz.
P.- ¿Ha desarrollado una mayor empatía con la gente que vive una situación parecida?
R.- Es obvio que cuando te encuentras con personas que han sufrido o sufren pérdidas empatizas de una forma especial con ellas. Son situaciones tan difíciles que solo te puede entender el que las ha vivido.
Miedo a la muerte
P.- ¿Se nos prepara mal para la muerte?
R.- El mundo no habla de la muerte, porque da miedo, reparo… esta es la realidad, y es curioso porque solo hay una cosa que tenemos asegurada, y es que un día moriremos. Pero la gran promesa para un católico es que la muerte no es muerte, sino vida. Poder entender con claridad la muerte y su sentido nos liberaría de muchos miedos y, al fin y al cabo, nos daría muchísima paz. Por eso, cuando me preguntaron cuál era la promesa de mi libro, lo vi claro al instante: no hay mayor promesa para el hombre que entender que no vamos a morir nunca. Por eso no podía llevar otro título ‘Tu muerte es vida’.
P.- ¿Cómo se encuentra la belleza en el dolor?
R.- Un dolor bien enfocado es un trampolín de desarrollo personal enorme. Y ahí está la belleza, en poder transformar ese dolor en amor. La cruz nos identifica con Cristo y Dios es Amor… en la medida en que entendemos esto, todo se transforma y ese dolor adquiere sentido, somos un poco más Cristo. Personalmente, del dolor he sacado grandes lecciones de vida y ha transformado mi corazón de forma completa.
El amor lo puede todo
P.- Dice que ahora ya vive de verdad… ¿Cómo es esa vida después de la pérdida?
R.- No puedo ocultar que es una vida dura, pero también es una vida en el camino de Cristo y eso me hace estar feliz y en paz. Realmente he descubierto que se puede ser feliz en el sufrimiento, da igual lo que ocurra que si tienes amor en el corazón todo se puede sobrellevar. El amor lo puede todo.
P.- ¿Cómo lleva la “mochila” de la pérdida a día de hoy?
R.- La pérdida de un ser querido no se supera, uno aprende a vivir con ello. El paso del tiempo es vital, cada año vas aprendiendo nuevas cosas que te ayudan a sobrellevarlo. Aquí, una buena actitud cobra mucha importancia. Hay que intentar seguir siendo alegres y no perder las ganas de vivir, porque la vida es maravillosa y razones nos sobran para seguir mirando hacia delante.
Aprendizaje continuo
P.- Ahora da charlas motivacionales y escribe a su comunidad en @viajarentrelineas. ¿Qué ‘feedback’ se encuentra en esta nueva actividad?
R.- Instagram y mi cuenta @viajarentrelineas es un lugar de mucho aprendizaje continuo. He conocido a personas maravillosas e historias que me han ayudado muchísimo. Hoy algunos son mis amigos. He descubierto que se puede hacer mucho bien en redes sociales y que a todo se le puede dar la vuelta para ser luz en mitad del mundo.
