Obispo de Estados Unidos llama a no dejar de exigir la liberación del obispo nicaragüense Rolando Álvarez

El presidente del Comité de Justicia y Paz Internacional de la USCCB instó a continuar orando por el obispo de Nicaragua y abogando por su liberación

La Conferencia de Obispos de los Estados Unidos (USCCB) informó a través de su sitio web que el obispo de Rockford, David Malloy, quien también es presidente del Comité de Justicia y Paz Internacional de la USCCB pudo constatar el estado del obispo Rolando Álvarez, luego de que la semana pasada trascendiera que hubo un nuevo intento, por parte del gobierno de Nicaragua, por enviarlo al exilio forzado a Roma, pero las negociaciones fracasaron, pues el obispo nicaragüense se habría negado a abandonar el país.



La semana pasada surgieron noticias sobre el estado del obispo Rolando Álvarez de Matagalpa, Nicaragua, quien ha sido detenido por el gobierno de Nicaragua y encarcelado desde febrero. Tras la confirmación de los hechos del estatus del obispo, el obispo David J. Malloy de Rockford y presidente del Comité de Justicia y Paz Internacional de la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos, emitió la siguiente declaración”, se señala en el comunicado.

Recibimos noticias la semana pasada de otra ruptura en las negociaciones para liberar al obispo Rolando Álvarez de Matagalpa, Nicaragua, injustamente sentenciado a veintiséis años de prisión y despojado de su ciudadanía en febrero. Insto a los Estados Unidos y a la comunidad internacional a continuar orando por el obispo y abogando por su liberación”, afirmó el obispo Malloy.

El obispo Malloy elogió particularmente el reciente fallo de la Corte Interamericana de Derechos Humanos que exigió la liberación inmediata del obispo Álvarez. “El consenso de la comunidad internacional es claro -dijo-: el encarcelamiento del obispo Álvarez es injusto y debe terminar lo antes posible”.

Malloy también pidió a Nuestra Señora de la Inmaculada Concepción, patrona de Nicaragua y de los Estados Unidos, que ilumine los corazones de todos los que toman las decisiones, y que su manto materno protege a la Iglesia en Nicaragua.

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