Los salesianos en Hungría: un abrazo (de verdad) a los refugiados

En la visita de Francisco a Hungría no ha habido detalle que no hable por sí mismo. La misión y compromiso de la Iglesia húngara se ha abierto camino entre quienes esperaban grandes debates dialécticos o reproches políticos populistas. Y es que el compromiso de la comunidad cristiana se ha reflejado hasta en las vestiduras empleadas por el Papa y los concelebrantes en la misa principal en Budapest, diseñadas para la ocasión por la pintora Orsolya Fecske, una de las religiosas de las Hermanas del Servicio Social.



Esta es una fundación húngara que se ha empeñado en estar entre los más necesitados constituyéndose como sociedad de vida apostólica y contando en sus filas con la mártir Sára Salkaházi, condenada por haber salvado a más de un centenar de judíos durante la II Guerra Mundial.

En las últimas décadas, la misión de la Iglesia en Hungría ha ido saliendo al paso de las necesidades de un país que ha vivido movimientos continuos en lo social, lo político o lo económico. Lo saben bien los salesianos que también tienen un beato, Esteban Sándor, del tiempo de la persecución comunista y que en la clandestinidad buscaba cómo alentar las vocaciones religiosas. Hoy en día, en su presencia en la ciudad de Kazincbarcika, al norte del país y cerca de la frontera de Ucrania, se ha puesto al servicio de los refugiados desplazados por la guerra que llegan continuamente desde finales de febrero de 2022.

En la localidad cuentan con una parroquia, una residencia y un centro de atención a la minoría gitana de la ciudad. Ahora los locales de la comunidad religiosa y el internado de la escuela Don Bosco se han puesto al servicio de las autoridades para acoger a los ucranianos. El director de la casa, Béla Ábrahám, movilizó a los vecinos que aportaron en poco tiempo tres lavadoras, cinco frigoríficos y cuatro microondas para empezar a acoger familias desde abril de 2022. “Era algo que nunca antes habíamos hecho y sabíamos que ciertamente implicaría desafíos”, pero desde la parroquia asumieron como propio el compromiso de ofrecer “comidas calientes y nutritivas todos los días”, según explica a Vida Nueva Geza Nadudvari, secretario provincial de los salesianos de Hungría.

Todos a Budapest

Desde Kazincbarcika y desde tantos otros puntos del país se han organizado viajes para participar en la misa del papa Francisco en Budapest, un acto para el que no se requería invitación previa y que ha puesto en clave de acogida a todas las parroquias y comunidades religiosas de la capital húngara para recibir a miles de peregrinos en el día previo. Los salesianos han promovido la participación en este evento tanto de la Familia Salesiana como de los jóvenes de sus parroquias.

Y es que, destaca Nadudvari, se han organizado “opciones de viaje gratis desde cualquier parte del país” a la plaza Kossuth Lajos de Budapest para que también los refugiados o los jóvenes que no puedan costearse el desplazamiento no faltaran en una ocasión tan especial. Una forma de experimentar así lo que señala el logo de la visita que, recuerda el salesiano, “hace referencia al Lánchíd, el ‘Puente de las cadenas’ de Budapest, que es el más antiguo de Hungría y que une Buda y Pest”. “Esto se refiere a una idea que ha enfatizado varias veces el Santo Padre: es importante construir puentes entre las personas”, añade. Además, los jóvenes no podían faltar en una visita cuyo lema es muy elocuente: Cristo es nuestro futuro.

Infraestructura salesiana

Un futuro que los salesianos contemplan desde sus 110 años de historia en el país centroeuropeo. “La comunidad salesiana húngara es pequeña, pero extremadamente dinámica”, apunta el secretario de una provincia que cuenta con 30 religiosos de los cuales diez son misioneros provenientes de Vietnam, India, Nigeria y Polonia. Organizados en cinco comunidades atienden varias instituciones educativas, desde guarderías a centros de Formación Profesional o institutos de secundaria a los que acuden unos 3.000 alumnos cada día. Además, cuentan con varios oratorios, centros juveniles, editoriales, centros deportivos y alguna casa de convivencia.

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