La poetisa mallorquina Francisca Alcover, camino de los altares

El Papa avaló hoy las virtudes heroicas de la laica conocida en Mallorca por su compromiso con las mujeres trabajadoras y sus colaboraciones en prensa

Vía libre del Papa para avanzar en el proceso de beatificación de la poetisa mallorquina Francisca Ana María Alcover Morell. Francisco aprobó hoy la promulgación del decreto que reconoce las “virtudes heroicas” de esta sierva de Dios durante la audiencia que mantuvo con el cardenal Marcello Semeraro, prefecto de la Congregación para la Causa de los Santos. Junto a Alcover, el pontífice argentino firmó los decretos de otros cinco católicos italianos y un religioso brasileño.



La intelectual española que nació el 19 de octubre de 1912 en Sóller y estudió con las escolapias, fue una laica comprometida con la realidad de su tiempo hasta tal punto que llegó a ser presidenta diocesana de la Acción Católica de la Mujer y formó parte de la junta nacional. Hija única volcada en el cuidado de sus padres enfermos, también se dedicó a la pastoral con jóvenes y fue alma de la llamada Escuela Nocturna, una plataforma educativa para mujeres trabajadoras.

Compromiso complejo

Pero, sobre todo, fue una apasionada de la escritura. Tanto es así, que su compromiso creyente se tradujo en el apostolado de la prensa en los convulsos años 30. Para ella, colaborar con artículos en la prensa era su manera de defender a la Iglesia de los ataques anticlericales, amén de sus poemas, la mayoría escritos en mallorquín. Lamentablemente su entrega se truncó por un tumor cerebral que le fue diagnosticado en 1951, le privó de la movilidad y la visión hasta que murió en 1954 con 42 años.

El reconocimiento de su vida ejemplar llegó a Roma avalado por más de 2.000 folios de un expediente en el que contribuyeron más de 30 testigos, junto a sus escritos, poemas y artículos de prensa publicados a lo largo de su vida en Sóller y La Voz de Soller.

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