El ITVR analiza la relación entre la obediencia y los abusos de poder en la vida religiosa

La profesora Nurya Martínez-Gayol analizará el tema en una jornada especial el próximo 26 de noviembre y dialogará con cuatro superiores generales al respecto

Poco a poco, gracias al Instituto Teológico de Vida Religiosa (ITVR) de Madrid se va cayendo el velo que ocultaba temas tabúes en la vida consagrada como el abuso de poder y de conciencia. Un año después de organizar una jornada al respecto, la institución de los claretianos ofrece una nueva propuesta para estudiar las relaciones entre obediencia religiosa y mal uso del poder.



Los superiores hablan

Para ello, el próximo 26 de noviembre, de 16:30 h. a 20:00 h., se convoca una nueva jornada que se podrá seguir de forma presencial en la sede del ITVR o de forma online. La exposición del tema estará a cargo de la religiosa Esclava del Sagrado Corazón, Nurya Martínez-Gayol Fernández que es doctora en Teología por la Universidad Gregoriana de Roma y que desde el año 2002 desarrolla su docencia e investigación en la Facultad de Teología de la Universidad Pontificia Comillas, en el departamento de Teología Dogmática.

La introducción la realizará el dominico Jesús Díaz Sariego, actual presidente de CONFER que también es prior provincial. Además, la ponente dialogará con cuatro superiores generales, que plantearán algunos interrogantes. Es el caso de Teresa Valenzuela, chilena, superiora de las adoratrices; Alejandro Moral, prior general de los Agustinos; Daría Fernández Ramos, Superiora General de las Religiosas de María Inmaculada desde 2012; y el superior de los calasancios, Pedro Aguado.

Una cuestión compleja

La jornada sigue la lógica de una de las conclusiones de la primera jornada en la que se estudió de forma monográfica la identificación del abuso de poder, el reconocimiento de su gravedad y la obligación de actuar para evitarlo y prevenirlo. Por ello, esta nueva propuesta pretende, según la organización, “seguir dando pasos y profundizar en una cuestión más compleja de lo que puede parecer a primera vista; pues, para bien y para mal, entre las personas consagradas el abuso de poder no puede separarse asépticamente del voto de obediencia; al ser éste una de las señas de identidad primigenias, presente en las distintas formas de vida religiosa”.

“Se percibe la necesidad de poner en diálogo los elementos que forman parte del problema, aclarando sus términos, estudiando la relación que guardan entre sí y desarrollando su interacción y consecuencias”, explican. “Obedecer, de hecho, no es de necesidad un acto de sometimiento, aunque a veces pueda aparecer como tal. La experiencia enseña, por otro lado, que la conducta abusadora no siempre va acompañada de un comportamiento despótico” justificado desde “la voluntad divina”, advierten los organizadores.

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