Fernando Prado: “Ni soy el hombre del Papa en España ni soy un desconocido para él”

Obispo de San Sebastián

Claretiano, periodista y teólogo de 53 años. Fernando Prado deja de ser director de Publicaciones Claretianas, profesor en el Instituto Teológico de Vida Religiosa y voluntario en la iglesia de San Antón de Mensajeros de la Paz para pastorear Guipúzcoa a partir del 17 de diciembre, tomando el relevo de José Ignacio Munilla.



PREGUNTA.- Hay quien dice que va a dar un vuelco al pastoreo de su predecesor…

RESPUESTA.- No voy a hacer nada sin contar con la gente, tanto con los curas, que son los colaboradores más inmediatos del obispo, como con la vida consagrada. Pero, sobre todo, con el laicado, que son el noventa por ciento de la Iglesia y tienen el verdadero olfato de qué es un pueblo. Como pastor tengo que contar con todos en el gobierno pastoral y estoy convencido de que voy a tener su colaboración, porque todos queremos lo mejor para la diócesis. Ahora es tiempo de escuchar mucho y abrir de par en par los oídos para situarme. No en vano, llevo veinte años fuera y la realidad ha cambiado en todos los niveles: eclesial, político, social…

P.- Su cercanía con el Papa, ¿hará que algunos obispos le miren con lupa?

R.- Es algo que hay que tratar con normalidad. En la vida suceden cosas y Francisco se cruzó en mi vida a través de los libros. No es que yo tenga amistad con el Papa, como dicen algunos. He tratado con él de temas editoriales, tenemos cierta empatía porque hice un libro-entrevista con él y, a partir de ahí, hay una relación más cercana. Ni soy el hombre del Papa en España ni soy un desconocido para él. Los obispos son mucho más maduros como para enredarse con eso.

No es lo mismo

P.- Tiene un espíritu crítico grabado a fuego. ¿Se diluirá con la mitra?

R.- Lo tendré que modular. Uno es el mismo, pero no es lo mismo. En cada uno de los lugares a los que eres enviado, la vida toma una dimensión diferente y has de responder sin renunciar a la verdad. Los años me han hecho incrementar la prudencia y abordar los problemas con mayor perspectiva y profundidad. Intentaré implorar el don de la sabiduría creyente, con la ayuda de la oración, el consejo de los demás y el discernimiento dar las mejores soluciones a los desafíos que surjan. Si algo tiene que modular la profecía es mi cercanía con Dios.

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