“En reconocimiento a su trayectoria y su compromiso con los valores democráticos y republicanos”. Así expresa la distinción otorgada al durante la tarde de ayer a José Ignacio López, quien tuvo la responsabilidad de iniciar la edición de Vida Nueva Cono Sur, allí por el año 2012.
- PODCAST: Bautizados con canas
- Regístrate en el boletín gratuito y recibe un avance de los contenidos
Rodeado de familiares, amigos y compañeros de ruta, este maestro del periodismo no quiso que esta ceremonia fuera una más. Señaló que su intención fue poner este acto al servicio de este momento tan difícil “que atravesamos los argentinos; quería mostrar que podemos encontrarnos y no pelearnos”.
Larga trayectoria
José Ignacio nació hace 85 años, en la provincia de Buenos Aires. Se formó en el Instituto Grafotécnico, y a partir de su egreso desarrolló su tarea periodística en distintos medios. Trabajó en el diario La Nación más de 14 años, donde ocupó el cargo de prosecretario de redacción; en la Opinión (1975-1977), y más tarde en el diario Clarín, hasta 1983.
Además, se desempeñó como columnista, jefe de redacción, conductor, comentarista, editor y gerente de noticias en distintos medios del país, incluidas agencias, semanarios, radios y televisión.
En 1983, fue convocado por el presidente de la Nación, Raúl Alfonsín, a quien acompañó como vocero presidencial durante todo su mandato.
En el año 2012 se hizo cargo de los primeros pasos de Vida Nueva, en su edición del Cono Sur. Fue el responsable de esta publicación de actualidad religiosa en un tiempo históricamente novedoso: la renuncia del papa Benedicto XVI y la asunción como Pontífice del entonces cardenal Jorge Bergoglio, quien había estado presente y alentando el lanzamiento de esta revista quincenal.
Es miembro fundador del Club Gente de Prensa. Y desde 1999, miembro de la Academia Nacional de Periodismo. Desde el pontificado de Francisco impulsó la creación de la asociación civil interreligiosa “Casa Común”.
Tiempo de agradecer
En esta jornada, José Ignacio recibió el reconocimiento de todos aquellos que en algún momento compartieron con él, vida, amistad y trabajo. Distintas personalidades colmaron el Salón de los Pasos Perdidos: referentes políticos, de la justicia, de la Iglesia y del mismo periodismo.
El diputado cordobés, Mario Negri, explicó los motivos por los cuales había pedido esta distinción para López: “… lo hice con la convicción de que su trayectoria era merecedora de esta distinción”. Asimismo, en este camino a los 40 años de democracia, reconoció: “Nacho, que mostró su coraje durante épocas difíciles de la dictadura, demostró lealtad con el presidente Alfonsín y con la democracia, con su profesión y con sus convicciones. Te damos hoy las gracias por tu trayectoria, por tu ejemplo, por ser guía para las demás generaciones”.
Por su parte, la presidenta de la Honorable Cámara de Diputados, Cecilia Moreau, indicó: “Nacho fue la voz de la democracia en un momento donde teníamos la capacidad de escucharnos, la oportunidad de debatir política sin caer en los personalismos y de dejar de lado las diferencias para poner por encima de todo la bandera celeste y blanca”.
La titular de Cámara Baja pidió a la familia que sean ellos los encargados de entregar la distinción. Así lo hicieron Lita, su esposa desde hace 60 años, y sus hijos: Ana, Gabriela, Ignacio, Paula y Pablo.
José Ignacio López, visiblemente emocionado, agradeció a su familia: “Gracias por haberme dado mi familia, sin ellos no hubiera podido vivir como viví“. Y aseveró: “Es un tiempo de decir gracias. Le doy gracias a Dios por la vida que hago siempre y por el tiempo y el lugar donde nací”.
