Los católicos de Estados Unidos tachan de “escándalo” la oposición de los obispos al Papa

La ordenación de las mujeres, el papel de los laicos y la acogida LGTBI, entre las preocupaciones en la síntesis norteamericana del Sínodo

Poco más de 15 páginas ocupa la síntesis que la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos ha hecho de cara al próximo Sínodo sobre la Sinodalidad. Un trabajo en el que se recogen las aportaciones de todo el país y en que detectan las preocupaciones que se viven en la Iglesia norteamericana. Un texto donde se recogen las aportaciones de todas las diócesis y 112 organizaciones, lo que suman un total de 290 documentos. Estos representan a más de 22.000 informes de parroquias y grupos en los que se han implicado unas 700.000 personas.



En concreto, se advierte que “muchas síntesis regionales han citado la percepción de falta de unidad entre los obispos de los Estados Unidos, e incluso de algunos obispos de forma individual con el Santo Padre, siendo fuente de un grave escándalo”. Y es que, adviertes, la polaridad política parece extenderse al campo religioso.

Nuevos retos

Además de esta falta de unidad, los católicos estadounidenses denuncian la desigualdad de trato de las mujeres en la Iglesia por ellos reivindican “una variedad de formas en que las mujeres pueden ejercer el liderazgo, incluyendo la predicación y la ordenación como diáconos o sacerdotes”. En la síntesis se presenta la ordenación de mujeres como una cuestión de justicia que no puede verse sólo desde una posible respuesta a la escasez de sacerdotes. “Las voces de las mujeres son marginadas en los procesos de toma de decisiones de la iglesia”, reclaman, “se sienten infravaloradas y mal pagadas en las congregaciones”. Los obispos desean “que se refuercen las funciones de liderazgo, discernimiento y toma de decisiones de las mujeres –tanto laicas como religiosas– en sus parroquias y comunidades”.

Frente al clericalismo, los fieles piden una mayor participación de los laicos que, en una parroquia, “podrían aliviar a los párrocos de parte de la carga y ayudar a los sacerdotes a mantener las relaciones con la gente de la parroquia”. El pueblo de Dios, se destaca, está dispuesto a asumir “su responsabilidad de servicio en la Iglesia y en el mundo”.

Otra preocupación es la marginación que han sufrido las personas LGBTQ+. “La gente observa que la Iglesia parece colocar la enseñanza sobre las personas, las normas y los reglamentos por encima de la realidad vivida”, señalan. En la síntesis se recoge que las familias a menudo se sienten “divididas entre permanecer en la Iglesia y apoyar a sus seres queridos” por lo que se proponen nuevos caminos de acogida para superar una auténtica “crisis real”.

Noticias relacionadas
Compartir