Los obispos valoran el diálogo con el Ministerio de Educación pero lamentan “la mínima carga lectiva” de Religión

La Conferencia Episcopal Española “valora la disposición al diálogo” del Ministerio de Educación durante el proceso de elaboración del nuevo currículo de la asignatura de Religión. Sin embargo, lamenta la “mínima carga lectiva” con la que tanto la cartera de Pilar Alegría como algunas comunidades autónomas han dejado la materia. Así lo afirma hoy el presidente de la Comisión Episcopal para la Educación y Cultura, Alfonso Carrasco, tras la publicación en el Boletín Oficial del Estado (BOE) del currículo.



Con esta declaración, la Comisión cierra el proceso sobre la elaboración de los currículos de la asignatura de Religión que comenzó en febrero de 2021 con el Foro ‘Hacia un currículo de Religión Católica’. “La jerarquía eclesiástica ha cumplido con su responsabilidad de determinar los contenidos del currículo, en conformidad con lo establecido en el marco jurídico vigente”, reconoce el también obispo de Lugo.

Tal y como ha explicado Carrasco, la Enseñanza Religiosa Escolar (ERE) “resulta necesaria para dar un contenido concreto a la afirmación de la centralidad de la persona, al pedir una atención real al alumno en su identidad más propia, que implica tener en cuenta su cultura, su lenguaje, su religión, su familia, sus circunstancias particulares”.

Del mismo modo, recalca que “esta prioridad dada a la persona del alumno nos parece irrenunciable para una comprensión adecuada de la educación, en la que ha de ser posible el reconocimiento de las identidades personales, de la libertad, de la pluralidad de tradiciones y cosmovisiones, así como los aprendizajes necesarios para el diálogo y para la convivencia pacífica”.

Desarrollo teológico adecuado

Hacer presente la ERE en el marco competencial delimitado por la LOMLOE –y por la UE– ha implicado la formulación del currículo de Religión católica en continuidad con este contexto pedagógico, algo que “no impide, en modo alguno, el desarrollo teológico adecuado a la programación en sus diversas etapas, que está también afirmado e indicado inicialmente”.

Para el responsable de Educación del Episcopal, “la clase de Religión juega un papel decisivo para que la escuela pueda cumplir su misión de educación integral del alumnado. Esta convicción es la que ha fundamentado nuestra propuesta al Ministerio y la elaboración del nuevo currículo, en el respeto de todas las exigencias pedagógicas planteadas por la nueva Ley”.

Así, “creemos necesario compartir estas certezas con los profesores de religión, con la comunidad educativa y, por supuesto, con las familias. Este nos parece el camino para llegar a dar en el futuro un lugar reconocido comúnmente y estable a la ERE en nuestro sistema educativo, sin depender de los vaivenes de los cambios políticos y del sucederse de las Leyes educativas”.

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