Los regalos de los obispos españoles al Papa en la primera visita ‘ad limina’: un poliedro de madera y una hoja del Árbol de Guernika

Las visitas ‘ad limina’ de los obispos españoles al Papa han comenzado hoy con el primer grupo: el formado por los prelados de las provincias eclesiásticas de Santiago de Compostela, Oviedo, Burgos, Pamplona y Tudela, y Zaragoza. La audiencia, de aproximadamente dos horas de duración, ha culminado con la entrega de presentes de los obispos a Francisco. Así, Joseba Segura, obispo de Bilbao, ha hecho entrega al Papa de una hoja del Árbol de Guernika, como símbolo de paz, y un poliedro de madera, símbolo de este curso pastoral en la Iglesia de Bizkaia, y elaborado por los alumnos del centro formativo Otxarkoaga.



“Estos regalos de alguna forma representan lo que somos y lo que queremos transmitir en este día”, ha explicado Joseba Segura en un vídeo difundido por la Diócesis de Bilbao. Así, el poliedro, en el que se ven varias imágenes de importantes para la diócesis, refleja “lo que decía el Papa en la Evangelii Gaudium: que la Iglesia no es una esfera, sino un cuerpo más complejo, que tiene muchas caras”.

Paz y sinodalidad

“Las palabras que tenemos son las que definen el sínodo: comunión, participación y misión, porque todo lo que se hace en la Iglesia se hace para transmitir el evangelio”, ha subrayado. Así, en las diferentes caras del poliedro se pueden ver, además de las palabras, las imágenes de la catedral, de la Virgen de Begoña, de la comunidad de fieles, Cáritas, etc.

“Una de las cosas que aparece es el Árbol de Gernika, el cual está relacionado con el segundo regalo que presentamos”, explica Segura. “Refleja ese espíritu que ha tenido nuestro pueblo de construir el diálogo en procesos de división, debajo del árbol durante tantos siglos, algo que también se refleja en el espíritu sinodal”, ha apuntado el obispo. Asimismo, han pedido al Papa la posibilidad de plantar en los Jardines Vaticanos un retoño de este centenario roble el año que viene, cuando se cumplen 85 años del bombardeo a esta localidad vizcaína durante la Guerra Civil. “Sería un símbolo de la paz y de un lugar en el que las decisiones se han tomado de manera conjunta durante siglos”, comentó Segura.

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