Un año sin Pedro Casaldáliga, el obispo que se la jugó por los pobres

Vida Nueva rescata el legado de este pastor y poeta que descansa para siempre en el cementerio de los indios Karajá

Este 8 de agosto se cumple un año de la muerte, a los 92 años, del obispo claretiano español Pedro Casaldáliga tras sufrir una neumonía con derrame pulmonar que le hizo abandonar su hogar en Sao Félix de Araguaia. Ingresado en la Unidad de Cuidados Intensivos de la Santa Casa Batatais (Sao Paulo), fallecía a las 9:40 h. Había llegado a la Amazonía en 1968 y a él le debe la Iglesia brasileña –y universal– la creación de la Comisión Pastoral de la Tierra y Consejo Misionero Indígena, que hoy son un referente tanto dentro como fuera del ámbito eclesial.



El prelado se la jugó en la defensa de los pueblos originarios y, sobre todo, como voz de denuncia frente a la corrupción de empresarios y políticos. Tanto es así que vivió amenazado de muerte en varios momentos de su vida, como sucedió cuando dio la cara por los indígenas Xavante de Marãiwatsédé cuando les fueron arrebatadas sus tierras.

Junto al río Araguaia

Su cuerpo descansa en el cementerio de los indios Karajá –donde eran arrojados los cuerpos de los indígenas que se resistieron a la invasión de sus tierras– a la orilla del Río Araguaia, donde fue enterrado el 11 de agosto de 2020, junto a un obrero y una prostituta, tras distintos funerales y homenajes en Brasil. Su deseo había sido volver a la tierra en la que había pasado como obispo las últimas décadas en la Amazonía brasileña, en el estado de Mato Grosso

Él quería justicia, quería abundancia, quería alegría, vida plena para todos y para todas. No importa la raza, no importa el sexo, no importa la cultura, no importa la religión”, destacó en la homilía Adriano Ciocca, actual obispo de São Félix do Araguaia.

Corazón de poeta y de místico

Los mensajes de solidaridad se multiplicaron hace un año. El arzobispo de Barcelona y presidente de la Conferencia Episcopal Española, Juan José Omella, definió al fallecido obispo emérito de Sao Félix do Araguaia como un misionero con “corazón de poeta y de místico”. Casaldáliga “es para los catalanes y para todos los obispos de la Iglesia un hombre que quiso vivir con los pobres y se entregó a ellos”. Nacido en Balsareny (Barcelona) el 16 de febrero de 1928, fue seminarista en Vic (Barcelona) y antes de partir al extranjero ejerció como sacerdote y docente en Galicia y en Barcelona, donde puso en marcha una bolsa de trabajo para inmigrantes, un albergue y una escuela para personas sin estudios. El misionero claretiano recibió la Creu de Sant Jordi de la Generalitat y fue candidato al Premio Nobel de la Paz en 1990 por ser “la voz de los que no tienen voz”, como lo definió el impulsor de esta candidatura, el argentino Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel.

Para el cardenal Aquilino Bocos Merino, él “será recordado por muchas facetas: como obispo defensor de los pobres y de sus tierras, como fundador y animador de comunidades cristianas de base, como obispo en medio de su pueblo, como apóstol del radicalismo evangélico, como escritor de espiritualidad y pastoral, como profeta de esperanza y compromiso social, como poeta que supo cantar al pobre, al Verbo encarnado, a María mujer sencilla y del pueblo, discípula y misionera”.

El jesuita José Ignacio González Faus, destcaba como “desde este lugar ignoto y miserable, Casaldáliga se convirtió en uno de los obispos más famosos del mundo, y también en uno de los poetas más serios del siglo XX español”. “Por supuesto, ha sido un obispo muy molesto: incómodo para la curia romana (él escribió a Mons. Romero: “las curias no podían entenderte / ninguna sinagoga bien montada / puede entender a Cristo”). Pero muy molesto sobre todo para los “fazendeiros” y terratenientes brasileños que, como suelen hacer, intentaron acabar con su vida”, destcaba hace un año en esta web.

Un legado imborrable

También el Gobierno de España alababa la “ingente” labor religiosa, humanitaria y social de Pedro Casaldáliga. Un comunicado del Ministerio de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación destacaba su “legado tangible” que se traduce, entre otros muchos, en la creación de escuelas y centros de asistencia médica. Casaldáliga fue un “activista” en favor de los indígenas y “firme defensor” de la teología de la liberación. “Creyó en la justicia y en la esperanza, y en la opción por los pobres, el acceso a la tierra, la defensa de los más débiles y de las comunidades indígenas, así como en la protección de la Amazonía y el medio ambiente”, señalan en el comunicado.

Para el CELAM, Pedro Casaldáliga: “Fue y seguirá siendo un icono en la defensa de los pobres, especialmente de los indígenas”, un obispo poeta que “prestó su voz a América Latina y el Caribe”. “A lo largo de su vida, este hermano nuestro ha dado un testimonio especial de la cercanía amorosa de Dios a los más pobres“, destacaban. “Ahora es esta tierra, por él tan amada, que toma la palabra para presentar una oración de agradecimiento a Dios por su testimonio“, concluían los obispos del CELAM.

Parte de sus legado, lo toma el papa Francisco en el Sínodo de la Amazonía. Han pasado los años y las reivindicaciones locales del obispo Casaldáliga han encontrado la sensibilidad y el eco de toda la Iglesia gracias a que Bergoglio –“el papa Francisco es un Don de Dios para la Iglesia”, había dicho el obispo emérito– oyó las voces que como la del claretiano llegaban desde la Amazonía. Un poema de Casaldáliga –“Carta de navegar, ‘Por el Tocantins amazónico’”– se cuela en el número 104 de ‘Querida Amazonia’ al hablar de como “la inculturación eleva y plenifica”. Para Francisco “hay que valorar esa mística indígena de la interconexión e interdependencia de todo lo creado, mística de gratuidad que ama la vida como don, mística de admiración sagrada ante la naturaleza que nos desborda con tanta vida. No obstante, también se trata de lograr que esta relación con Dios presente en el cosmos se convierta, cada vez más, en la relación personal con un Tú que sostiene la propia realidad y quiere darle un sentido, un Tú que nos conoce y nos ama”.

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