“A veces tenemos que oír que Francisco no sabe Teología, que da recetas caritativas. Pero nos encontramos con la particularidad de que es un excepcional teólogo pastoral, y esta teología parte del método inductivo, la propia realidad, y su proceso es completamente distinto a la teología sistemática, que es en la que destaca, por ejemplo, Benedicto XVI”. Con estas palabras ha reivindicado el sacerdote, abogado y profesor del Instituto Superior de Pastoral José Luis Segovia la forma de hacer Teología del papa Francisco. Y lo ha hecho durante su intervención en el X Congreso de Estudios de la Escuela Superior de Estudios Franciscanos, que ha comenzado hoy con el tema ‘Los horizontes de la fraternidad. A propósito de Fratelli tutti’.
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Así, Segovia ha subrayado que Francisco aboga, al igual que el santo de Asís, por “volver a lo esencial del evangelio”. Y lo ha ejemplificado con una cita de Gustavo Gutierrez: “A Dios primero se le experimenta y se le practica, y solo después se le piensa”. “Hace referencia a una forma muy concreta de hacer teología que creo que el papa Francisco tiene muy asumido”, ya que, en Fratelli Tutti “apela tanto a la misericordia y la caridad como a la justicia”.
“Dios no habla solo a través de la revelación, sino también a través de la realidad y se va desplegando”, ha continuado Segovia. “La realidad está habitada por Dios, y Francisco tiene una mirada amable hacia la realidad, aunque reconoce sus sombras”, ha explicado. “Es un lugar de Dios donde el clamor de los hombres y la naturaleza nos hacen entender que no podemos vivir de espaldas a ello”.
Teología sapiencial
“También han llamado al Papa buenista”, ha apuntado el sacerdote. “El hecho de que se critique algo por ser bueno me parece una perversión. Es como si desde la Iglesia criticamos a alguien por ser santista por ser santo”. Sin embargo, ha aseverado que lo que le llama especialmente la atención de Francisco es que “después de todas las cosas que pasan, la capacidad que tiene de descubrir portillos de esperanza”.
De esta manera, reivindica “la pequeña esperanza, que pasa por la gente común; y la gran esperanza, la fuente de todo lo que es bello, Dios mismo”. Por otra parte, ha subrayado que “del mismo modo que no se puede vivir de espalda al dolor del mundo, no se puede conocer a Dios si no nos acercamos al que es diferente”. “Esto”, ha continuado, “nos abre a una teología de la diversidad. Una relectura de la creación desde la diversidad. Hemos hecho de la moral, que es un sistema para alcanzar las bienaventuranzas, en normas rígidas. El evangelio es mucho más sapiencial”.
