Más de 700.000 personas viven en la calle en Europa, según Cáritas

tienda de campaña en la calle sin techo pobreza

70 años después de la declaración Schumann que puso en marcha el proyecto europeo, Cáritas ha presentado un informe sobre el derecho a la vivienda en el Viejo Continente y es que, recuerda Paolo Beccegato, subdirector de Cáritas Italiana, “la casa sigue siendo para muchos europeos un destino difícil de alcanzar y mantener”. Tanto es así que el número de sintecho ha aumentado un 70% en la última década.



“Hemos creado un paralelismo que es quizás un poco arriesgado pero que nos hace reflexionar  sobre el derrumbe de un muro y la falta de muros de viviendas que puedan dar dignidad a las personas”, ha señalado Beccegato en una entrevista a los medios vaticanos haciendo referencia a que se han cumplido 31 años desde la caída del Muro de Berlín.

Mantener un hogar

“Desgraciadamente en nuestro continente hay más de cien millones de personas en dificultades, marginadas y a las que hay que prestar atención y devolver la dignidad”, recuerda Cáritas en la presentación de este informe legislativo sobre el derecho a la vivienda en Europa. “Más de 23 millones de familias, alrededor del 10,4% de la población total de la Unión Europea, gastan más del 40% de sus ingresos en el mantenimiento de sus hogares y casi 9 millones de familias viven en viviendas inadecuadas”, señala el documento

“Algunas personas nunca han tenido un techo: sólo en Europa, 700.000 personas están sin hogar y el fenómeno ha aumentado en un 70% en diez años”, señala directamente el informe. Beccegato lo compara con la situación italiana donde “los sin techo son 51.000 y su condición se ha agravado con la llegada de la pandemia del coronavirus”. Otro fenómeno asociado según el texto son situaciones de alto riesgo como el afrontar las temperaturas invernales o el pago de alquileres de la gente sin empleo.

En el marco jurídico europeo, el derecho a la vivienda es competencia exclusiva de cada Estado. “Por esta razón, el sistema de políticas de vivienda pública parece desigual y los niveles de acceso a una buena vivienda no aparecen distribuidos uniformemente. Sin embargo, hay muchas experiencias innovadoras en Europa de las que se pueden extraer directrices útiles para mejorar la aplicabilidad del derecho fundamental a un hogar decente”, apunta Beccegato.

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