Luis Argüello: “La mejor defensa es un buen ataque: una propuesta de vida”

Con las reformas legislativas de la eutanasia y del aborto como telón de fondo, el secretario general de la Conferencia Episcopal, Luis Argüello, está convencido de que “la mejor defensa es un buen ataque”, por lo que llamó a los cristianos a lanzar “una propuesta de vida”. Con esta premisa, el portavoz de los obispos españoles participó junto a los obispos de Getafe y Alcalá, Ginés García Beltrán y Juan Antonio Reig Pla, en el coloquio que esta mañana ha servido de puesta de largo para el XXII Congreso Católicos y Vida Publica. Promovido por la Asociación Católica de Propagandistas, se celebrará en Madrid del 13 al 15 de noviembre bajo el lema “¡El momento de defender la vida!”.



Para el también obispo auxiliar de Valladolid, “el fin del mecanicismo como paradigma ha querido justificar todo desde el azar y la necesidad”. “Los algoritmos no solo llaman a la puerta, sino que se han metido en el corazón de nuestra propia existencia”, dejó caer.

La huella del amor

Frente a ello, expuso que la investigación y el estudio de la ciencia hoy lleva a descubrir “la dimensión espiritual constitutiva de lo humano” y nos invita a “buscar la huella del amor de Dios en la naturaleza”. “La razón originaria se llama amor. Por eso nuestro Dios es tres”, explicó. Desde ahí, propone cambiar el clásico “pienso, luego existo” por el “soy llamado, en esa llamada hay amor y por eso vivo”.

Por su parte, el obispo de Getafe, Ginés García Beltrán, lamentó la actual “crisis cultural de la visión judeocristiana helenista del hombre”. “La alternativa que se propone es poco clara, ambigua y, por parafrasear una de las ideas de ‘Evangelii gaudium’, la idea está por encima de la realidad, llevando a una ideologización del hombre”, apuntó.

Concepto de libertad

En este sentido, criticó que se entienda “el concepto de libertad como voluntad absoluta” apartando “todo discernimiento moral” de la bioética.  De los términos ‘calidad de vida’ y ‘muerte digna’ que son tergiversados desde una mirada “utilitarista” que deja a un lado cualquier. “Estamos ante una cultura de lo efímero, del usar y tirar. De esta manera, la vida que no llega a unos límites aceptables, no merece la pena”, enfatizó, preguntándose quién marca esa frontera: “Tú mismo, en una autorreferencialidad absoluta, o ‘papá’ Estado”.

En esta misma línea, puso de manifiesto que se está manipulado el concepto de ‘compasión’ para justificar la eutanasia. Así,  denunció que se ha entrado en “una insensibilidad tremenda” fruto de un “individualismo atroz”, tal y como se ha visibilizado con tantos mayores durante la pandemia. “Incurable no significa incuidable”, sentenció sobre la consideración de la ancianidad como “una carga” entrando así en la peligrosa dinámica del “yo pago para que tú me trates bien”.

Límite vital

“¿Quién ha puesto el límite de edad para que en un hospital se ponga morfina o dieta total a un anciano de 80 años? ¿Qué diferencia hay entre 19 y 70? ¿Y entre 79 y 80?”, se preguntó el obispo de Getafe, que añadió otra interrogante más: “¿La vida vale o me vale?”.

Durante su intervención, el obispo de Alcalá de Henares, Juan Antonio Reig Pla, apuntó que las actuales propuestas de reformas del Gobierno “son tremendamente injustas”. Así, verbalizó una propuesta: “Desprivaticemos la reflexión sobre la defensa de la vida humana”. “Sin el respeto de la vida humana, la sociedad decae y deja de ser una sociedad de derecho”, advirtió, a la vez que señaló que “estamos ante una sociedad nihilista”. “La vida humana es una parte esencial de la Doctrina Social de la Iglesia”, defendió.

El acto estuvo moderado por José Luis Restán, que apuntó cómo el lema se presenta como “una sacudida” en medio de la pandemia. “Es una cuestión que no podemos dar por descontada en una sociedad como la nuestra”, comentó, en referencia a la emergencia sanitaria, subrayando la necesidad de “volver a decir al mundo con razones adecuadas cuál es la visión católica de la vida humana no es una cuestión ni decorativa ni obvia”.

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