Sant’Egidio, el Servicio Jesuita a Refugiados y las scalabrinianas piden a Europa que acoja a los refugiados de Lesbos

Krajewski

La Comunidad de Sant’Egidio, el Servicio Jesuita a Refugiados y las hermanas misioneras de San Carlos Borromeo (scalabrinianas) han elaborado un comunicado conjunto en el que piden acogida e integración “para salvar a las personas más vulnerables, empezando por los enfermos, las mujeres y los niños” que se encuentran en Lesbos.



Tal como recoge Vatican News, las organizaciones han solicitado a la Unión Europea que, en colaboración con el gobierno griego, “intervenga inmediatamente en señal de acogida e integración de un número de personas que está ciertamente a su alcance”. Y es que, tal como han subrayado, “solo favoreciendo la vía del diálogo y de las relaciones pacíficas será posible llegar a una solución en interés de todos”.

“Retrasar o, peor aún, fingir que no pasa nada, mientras se espera que se cree una nueva precariedad permanente en detrimento de las familias que viven en la isla desde hace meses, algunas desde hace años”, continúa el escrito, “será una grave culpa para un continente que es símbolo del respeto de los derechos humanos, una vergüenza ante la historia”.

Nuevos proyectos de acogida

Las tres entidades que firman el documento se encuentran presentes y muy cercanas desde hace tiempo a los refugiados que se encuentran en Grecia. De hecho, han aprovechado para recordar la experiencia de los corredores humanitarios nacidos en febrero de 2016, iniciada también en Lesbos por el papa Francisco cuando llevó consigo a las tres primeras familias en avión de un total de 67 refugiados, con la intervención de la Limosnería Apostólica.

“Es una vía que debe seguirse para salvar a otros refugiados, mediante la creación de redes con muchas asociaciones, parroquias y ciudadanos comunes que se han ofrecido a acogerlos con gran generosidad”, asevera el texto. Asimismo, instan a las Conferencias Episcopales Europeas a que exijan a sus respectivos gobiernos que desarrollen “nuevos proyectos de acogida e integración, dos prácticas que son buenas no sólo para los migrantes, sino en términos de valores y de futuro, para todos los ciudadanos europeos”.

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