La asignatura de Religión, en el disparadero por romper los grupos burbuja del aula

El nuevo curso, mientras la sociedad intenta salir de la pandemia por el coronavirus, entre otras medidas ha traído la implantación de los grupos de convivencia estable en los colegios. Los llamados grupos ‘burbuja’ tratan de reducir el contacto al máximo de los componentes de los cursos de Infantil y los primeros cursos de Primaria, según la normativa de las diferentes comunidades. Esta medida ha puesto de manifiesto el hecho de que la simplificación de profesores se encuentra con el hecho de los profesores especialistas como los de idiomas, Educación Física y Religión.



Una asignatura optativa

Algunos profesores y directores de centros públicos han puesto la materia confesional en el centro de sus críticas, ya que su carácter de materia optativa complica la gestión de dichos grupos. “La organización del área de Religión dentro de los centros escolares aumenta el riesgo de contagio porque supone desplazamientos de alumnos, utilización de más espacios por distintos grupos de alumnos…”, lamentaba Jorge Galán, profesor del Colegio Público Infanta Elena de Pozuelo de Alarcón (Madrid), en declaraciones a la cadena SER.

Las cosas no se ven de la misma manera desde el otro lado, el de los profesores de Religión que para completar su jornada laboral no solo cambian continuamente de grupo sino, incluso, de centro escolar. Así lo han manifestado, por ejemplo, desde la Federación de Enseñanza de la Unión Sindical Obrera (FEUSO) de Andalucía en Jaén. Cristóbal Barrionuevo y Francisco Campos han puesto de manifiesto la “incertidumbre” y “preocupación” con la que este profesorado vive el inicio del curso.

Alternativas a la movilidad de los docentes

En declaraciones a Europa Press, desde USO proponen que se aproveche “la capacitación y el estrecho vínculo de estos docentes a sus centros para que puedan desempeñar distintas tareas educativas, como por ejemplo, las de refuerzo educativo en aquellos alumnos que presenten más lagunas en los conocimientos impartidos mediante enseñanza virtual, en el último trimestre del pasado curso”. Algo que sería una alternativa a impartir clases es distintos colegios.

“Insistimos en que se trata de un profesorado muy cualificado y comprometido con las líneas de actuación y los fines educativos de sus centros, en formación permanente, al igual que el resto de sus compañeros, pero que reciben un trato completamente desigual e injusto”, señalan estos representantes sindicales.

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