“La purificación de la Iglesia en Polonia de los delitos de abuso de menores por parte de algunos miembros del clero solo es posible a través de la limpieza honesta y constante de los delitos, así como a través de una explicación y evaluación de negligencia por parte de los superiores eclesiásticos”. Así lo ha declarado, a través de la web institucional de la Conferencia Episcopal polaca, el arzobispo primado de Polonia Wojciech Polak, quien es además delegado de la Conferencia Episcopal de Polonia para la protección de niños y jóvenes.
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“Debemos admitir honestamente que, a pesar de las acciones tomadas en Polonia, tenemos que trabajar de forma constante para cambiar nuestra mentalidad. En esta área aun hay mucho por hacer. También debemos admitir honestamente que la ley vigente en la Iglesia no se respeta en todas partes, y no todas las víctimas reciben la ayuda que necesitan. Garantizar la seguridad de los niños y jóvenes en la Iglesia sigue siendo un desafío para nosotros”, agrega el arzobispo Polak. “Estoy convencido de que solo manteniéndonos en la verdad y asumiendo la responsabilidad de aclarar todos los crímenes y omisiones, reconstruiremos nuestra credibilidad y confianza en la Iglesia en Polonia”, ha subrayado.
Según el arzobispo, en el ámbito de los abusos, el punto de partida de todas las actividades de la Iglesia debe ser el bien de las personas que han sido perjudicadas. “Reconstruir un sentido de la justicia mediante la rendición de cuentas de los autores de estos crímenes y castigarlos es la primera señal de ayuda”, explica. “No es solo un deber hacia las víctimas, sino también una señal del amor y el cuidado de la Iglesia”. Asimismo, se ha mostrado partidario de ofrecer a las víctimas ayuda psicológica, legal y espiritual. “Estamos obligados a hacerlo no solo por la ley vigente en la Iglesia, sino sobre todo por la conciencia y la decencia humana”, ha apuntado.
Un documental que desencadena la crisis
Asimismo, ha explicado que la Iglesia polaca aun está aprendiendo a aplicar la nueva ley promulgada por el papa Francisco en el motu proprio ‘Vos estis lux mundi’, que entró en vigor el 1 de junio de 2019 y establece la obligación de denunciar los casos de abusos sexuales cometidos por el clero en el momento que se tiene conciencia de los mismos. “De acuerdo con esta ley, todos los clérigos y laicos con información creíble sobre tal negligencia están obligados a informarlo al Metropolitano o la Santa Sede”, recuerda Polak.
Precisamente esta ley fue el impulso, “y un buen ejemplo”, del hecho de haber informado a la Santa Sede sobre el caso del obispo de Kalisz después de las revelaciones del documental de los hermanos Sekielski, en el que se analizaban distintos casos de abusos y encubrimiento en la Iglesia polaca. “Después de ver la película, no pude permanecer en silencio o inactivo frente a los hechos presentados”, explica Polak.
