Nicolás Retes: “Es apasionante esta tarea de ayudar a los jóvenes a descubrir su vocación”

Nicolás Retes, sacerdote de Buenos Aires

Este año, la Arquidiócesis de Buenos Aires, se prepara para celebrar una jornada vocacional distinta. La cuarentena que sobrellevamos por la pandemia del COVID-19, permitió usar la creatividad  para buscar nuevas formas de estar cerca y presentes en la vida de los jóvenes que están en la búsqueda.



Dialogamos con el Padre Nicolás Retes, encargado de las vocaciones en Buenos Aires. El coordina un equipo de laicos, religiosas, otros consagrados; juntos animan esta pastoral porteña.

PREGUNTA.- ¿Cómo está trabajando la pastoral vocacional de Buenos Aires en este tiempo tan particular de pandemia?

RESPUESTA.- Lo estamos haciendo como podemos. Ahora, a través claramente de las redes sociales; es todo online. Tenemos, desde hace bastantes años, una página web: www.pastoralvocacionalbuenosaires.com, donde hemos alojado montón de contenidos, varios recursos para compartir, una página de consulta permanente, que tiene mucha información. Además tenemos las redes sociales clásicas: Instagram, Facebook, YouTube…

P.- ¿Que están organizando para este fin de semana que la Iglesia celebra la Jornada Mundial de la Oración por las vocaciones?

R.- Vamos a transmitir, también en vivo, a través de las redes la Vigilia del Buen Pastor que se hará este sábado. Va a tener un ingrediente especial: la previa. La estamos haciendo estos días con distintos eventos, encuentros, charlas vocacionales, para ir preparando el corazón, y para comunicar este llamado que Dios nos hace. “Echar las redes”, en las redes virtuales, para llegar a los jóvenes.

P.- ¿Qué nuevas exigencias hay para el acompañamiento vocacional de los jóvenes?

R.- Los tiempos van cambiando, pero Dios es el mismo ayer, hoy y siempre, y no se cansa de llamar. Sostenemos esta certeza: que Dios llama siempre y en todo momento. En todo caso, lo que habrá que ajustar es el corazón para escuchar un poco mejor el llamado. No existen personas sin vocación; todos estamos llamados a algo, y podemos ser felices. El primer llamado es a la vida. Descubrimos qué nos pide Dios y cuáles son los dones que nos ha regalado para “gastarlos” en los demás, porque toda vocación, en el fondo, tiene un llamado social.

El egoísmo es una exigencia de este tiempo. El egoísmo es un enemigo de la vocación porque impide tener un corazón generoso, abierto, libre para escuchar.

La inmediatez es otra característica de este tiempo, que no ayuda para el proceso vocacional. Las redes sociales, cuando uno quiere hacer un camino de interiorización y profundización, impiden que uno pueda tener un espacio propio, concreto, especial para que pase el llamado de Dios por el corazón. Hoy, hay que tomarse el tiempo, no apurarse, para poder discernir qué hay que desechar y qué tengo que potenciar para crecer.

Comunicar el llamado de Dios

P.- ¿Cómo se planifica una pastoral vocacional para un mundo que está permanentemente en movimiento y cambio?

R.- No creo trabajar hoy en la pastoral vocacional sea más difícil que en otras épocas. Somos hijos de este tiempo, y debemos adecuarnos al que vivimos. Otro tema es conocer los gustos de los jóvenes y cómo se mueven hoy, y especialmente yo diría los códigos que varían según las edades. Mal nos iría si vamos a presentarles a todos por igual la vocación. Hay que utilizar métodos de acuerdo a la edad de los chicos.

¡Qué difícil es hoy comunicar! Pareciera que todos hablamos lenguajes distintos. Queremos comunicar algo y cada uno entiende cosas distintas. Comunicar el llamado de Dios es un proceso, un desafío para no apurarse, respetando el tiempo y el proceso de cada uno. En un mundo de permanente cambio, es necesario descubrir que hay cosas que no cambian: el llamado de Dios que es estable, que no se cansa de llamar: esa es nuestra certeza. Siempre se puede volver a Cristo. Él toma la iniciativa; una y otra vez, vuelve a nosotros.

P.- ¿Qué podemos esperar de ahora en más de la pastoral vocacional?

R.- La pastoral vocacional tiene que estar abierta a los nuevos desafíos, estar cerca de las búsquedas de los jóvenes. En nuestro caso, formamos parte de la vicaría de jóvenes, por lo tanto estamos siempre en contacto con la realidad de jóvenes y utilizamos las herramientas necesarias para con ellos: la escucha, el acompañamiento, el compartir.

Nuestra misión es ver cómo pasa Dios por sus vidas ayudarlos a discernir. Dios no se repite, hace nuevas todas las cosas. Nos invita a estar atentos, siempre hay cosas nuevas y tener un espíritu agudo para descubrir a Cristo que pasa al lado nuestro. Es apasionante esta tarea de ayudar a los jóvenes a descubrir su vocación. El Señor es lo nuevo que nos trae siempre su Espíritu Santo.

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