El mensaje de Pascua de Gil Tamayo desde el hospital: “El Señor nos abre a la esperanza con mayúscula”

José María Gil Tamayo secretario general de la Conferencia Episcopal Española

El obispo de Ávila, José María Gil Tamayo, continúa ingresado en planta en el Hospital Nuestra Señora de Sonsoles, “evolucionando favorablemente”, después de que el pasado 20 de marzo fuera detectado su positivo por coronavirus tras llevar unos días con fiebre.



Desde allí quiso enviar a todos los fieles de la diócesis su felicitación pascual en el Domingo de Resurrección: “Cristo ha resucitado. El Señor triunfador del pecado y de la muerte nos abraza y nos abre a la esperanza con mayúscula. Que María os acompañe y os colme de alegría. Estoy cerca de vosotros, y os siento cercanos a mí”.

Asimismo, traslado su agradecimiento “a quienes nos cuidan, protegen y sirven”. En especial, a todo el personal sanitario por “su abnegada labor durante esta pandemia, a las fuerzas y cuerpos de seguridad por su servicio humano, y a todas aquellas personas e instituciones que trabajan sin descanso por el bien de nuestra sociedad”, según recoge la diócesis en un comunicado.

“Unidos a nuestro obispo en oración, seguimos pidiendo por la curación de los enfermos, y el consuelo de quienes han perdido algún ser querido. Que la luz de Cristo resucitado sea nuestro consuelo e ilumine nuestras oscuridades. Que la Virgen de Sonsoles nos proteja a todos”, concluía el comunicado.

Las comuniones, a otoño

Asimismo, hoy la diócesis ha confirmado que posponen las primeras comuniones a otoño. “La emergencia sanitaria que vive nuestro país a causa del COVID-19 hace imposible que durante el presente año 2020 los niños que habían sido admitidos para recibir la Primera Comunión puedan recibirla en los meses del Tiempo Pascual”, explica la diócesis. Por eso, “parece oportuno que, si las condiciones sanitarias lo permiten, se procuren celebrar las Primeras Comuniones con la mayor participación posible de la comunidad parroquial, y en un tiempo común para toda la Diócesis”.

El vicario general, en nombre y con conocimiento del obispo, ha decretado que las Primeras Comuniones se celebren durante los meses de septiembre y octubre. “En aquellas parroquias en las que haya un número elevado de candidatos, a juicio del párroco, puede utilizarse también el mes de noviembre, a condición de que sean antes del primer domingo de Adviento. Las Primeras Comuniones tendrán lugar siempre en domingo o, si la situación lo requiere, el sábado por la tarde. Los párrocos tendrán en cuenta que es imprescindible procurar un tiempo previo mínimo de un mes en el que los niños y sus familias puedan ser congregados para la preparación catequética inmediata”, informa la diócesis.

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