Juan Díaz-Bernardo, premio ¡Bravo! al Trabajo diocesano en Medios de Comunicación

  • Fundador de la radio y la televisión de la archidiócesis de Toledo, es la voz de la misa de Cope y de diferentes espacios religiosos de TRECE televisión
  • Canónigo de la catedral primada, repasa para Vida Nueva el momento actual de la comunicación en la Iglesia

El próximo mes de enero, el sacerdote Juan Díaz-Bernardo recibirá el premio ¡Bravo! al Trabajo diocesano en Medios de Comunicación por su dedicación al frente de la delegación en el archidiócesis de Toledo. Responsable de los Medios Diocesanos –la televisión y la radio Santa María– y consejero de la cadena COPE, es la voz de la Santa Misa cada domingo en la radio de los obispos y dirige, desde 2015, el área socio-religiosa de TRECE televisión. Canónigo de la catedral, repasa para Vida Nueva el momento actual de la comunicación en la Iglesia.



Con toda legitimidad

PREGUNTA- Para alguien que tiene una Antena de Oro de Radios, ¿cómo ha recibido esta concesión del Premio ¡Bravo! al Trabajo diocesano en Medios de Comunicación?

RESPUESTA.- Pues lo he recibido con sorpresa. No me habría causado sorpresa que se lo concedieran a alguno de los programas de TRECE, como, por ejemplo, “Periferias”, o a algunas nuevas iniciativas de Cope, que tan buena acogida están teniendo, pero que fuera a mí, habiendo dejado ya el trabajo directo en los medios de comunicación diocesanos hace algún tiempo, me sorprendió, sinceramente. Lo de la Antena de Oro fue en una época muy concreta que respondió a la creación de una emisora de radio diocesana que pretendía conjugar la programación generalista con determinados contenidos temáticos.

P.- La archidiócesis de Toledo es una gran generadora de noticias y puso en marcha proyectos pioneros en este campo. ¿Cuáles han sido sus apuestas al frente de la radio y la televisión diocesanas?

R.- Como te digo, nuestra principal apuesta fue conjugar ambos aspectos en una radio, primero, y en una televisión, más tarde, que tuviera una clara identidad eclesial y diocesana, pero abierta a todas las realidades de la sociedad en nuestro ámbito. Estamos hablando de los años 90. Eran momentos complejos en los que, con toda legitimidad, en lo que se refiere a los medios de identidad eclesial se discutían muchas cosas, en el intento de buscar unos modelos que superaran un estilo que ya se constataba anticuado. La situación de los medios eclesiales en aquellos años era muy compleja.

Yo quisiera destacar aquí la intuición que tuvieron dos arzobispos de Toledo, don Marcelo y don Francisco Álvarez, para dar el arriesgado paso de la creación de una radio diocesana, el primero, y de un canal de televisión, el segundo. De no haber sido por el apoyo constante de ambos, así como de los dos arzobispos que les sucedieron, don Antonio Cañizares y don Braulio, aquellas iniciativas hoy no serían una realidad consolidada, con un equipo, modesto, pero muy sólido, de profesionales.

“Estamos en un buen momento”

P.- Su presencia en Cope, donde en consejero y un habitual de la misa de los domingos, y en TRECE es habitual. ¿Cómo ve la situación actual de estos medios de la Iglesia?

R.- La situación actual la veo con fundada esperanza. Creo que en la Iglesia todos hemos ido tomado conciencia clara de la necesidad de estar presente en los medios en una sociedad plural como la nuestra. También las nuevas tecnologías permiten el acceso a los medios con más facilidad. Y, por otra parte, percibo que muchas de las cosas que antes eran motivo de debate hoy están superadas, tales como la cuestión de la identidad, la disyuntiva entre medios temáticos o generalistas, la titularidad eclesial, etc. Hoy todo esto, por lo general, no se discute, a no ser por sectores en los que tal vez se percibe un trasfondo más ideológico que evangélico y eclesial.

Por poner un “pero”, yo diría que, a veces, en lo que se refiere a los contenidos todavía dependemos mucho de la “agenda” que nos marcan otros. En definitiva: creo que estamos en un buen momento, aunque haya, naturalmente, muchas cosas que mejorar.

P.- En uno de sus libros, ‘Anunciar a Cristo en la aldea global’ (2002) analiza el papel de la Iglesia en la Sociedad de la Información, ¿han cambiado los componentes de ese análisis?

R.- Sí, han cambiado. Es cierto que, en lo fundamental, hay continuidad. Pero las nuevas tecnologías y el alcance de las redes sociales han hecho que la sociedad ya no sea la misma, aunque el reto para la Iglesia siga siendo el mismo. A esto me refiero al decir que lo fundamental sigue en vigor: la búsqueda de nuevos lenguajes más allá de lo efímero e insustancial, la búsqueda de un modelo de empresa en consonancia con la Doctrina Social de la Iglesia, el desarrollo de la propia identidad como medio para la creatividad… todo eso sigue estando ahí.

“Un honor inmerecido”

P.- A su trayectoria en los medios se ha sumado, desde junio de 2018, el nombramiento como canónigo de la catedral primada. ¿Qué supone esta distinción?

R.- Pues un honor inmerecido. Ciertamente, ser miembro de un órgano colegial centenario, con la historia y la tradición que atesora el Cabildo de la Catedral de Toledo, produce mucha satisfacción, al tiempo que agradecimiento. Te hace sentir vinculado a las raíces de esta Iglesia particular y, al mismo tiempo, te compromete a mantener con fidelidad la herencia recibida en todos los ámbitos: en la acción evangelizadora, en la conservación del patrimonio, en la acción cultural, en las propuestas de un diálogo con la cultura procurando favorecer el conocimiento y sentido de las obras de arte que la Catedral custodia. En todos estos aspectos, la labor que desarrolla el Cabildo toledano es en gran medida desconocida, pero ahí están, por ejemplo, las recientes restauraciones, financiadas en su mayor parte por el propio Cabildo, de la Sala Capitular o de la Custodia de Arfe, o la apertura de un magnífico –y todavía poco conocido- museo de tapices y textiles…

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