Obispos de México y Estados Unidos se unen para atender el drama migratorio en la frontera

  • Tras una reunión de trabajo, manifestaron su preocupación por la situación de “desigualdad, violencia y pobreza que empuja a muchos a dejar su tierra, y que en su tránsito enfrentan toda clase de peligros”
  • Piden a los gobiernos de Estados Unidos, México, Canadá, Centroamérica y el Caribe crear una área geográfica que tenga las condiciones para ofrecer a todos la posibilidad de un desarrollo integral, y una vida digna y en paz

El pasado fin de semana, un grupo de obispos de México y de los Estados Unidos se reunieron en la Diócesis de Matamoros, Tamaulipas, para analizar la situación que viven miles de migrantes en ambos territorios, y la manera en que pueden colaborar para atender este drama.

Al final de la reunión, a través de un pronunciamiento conjunto los 14 obispos –siete mexicanos y siete norteamericanos– reiteraron su postura a favor de la vida, la dignidad y los derechos de todas las personas, y manifestaron su preocupación por la situación de “desigualdad, violencia y pobreza que empuja a muchos a dejar su tierra, y que en su tránsito enfrentan toda clase de peligros en medio de un gran desamparo”.

Una realidad que lastima

Los obispos expresaron también su angustia por el hecho de que muchos migrantes encuentran rechazo cuando solicitan asilo, o padecen la incertidumbre de un proceso excesivamente largo y en condiciones de inseguridad sin garantías de protección.

De manera particular, aseguraron sentirse lastimados por el drama de las familias que son separadas y el encierro que muchos padecen en los centros de detención, al que calificaron de “inhumano”.

Lamentaron además el crecimiento del racismo, el odio y la discriminación, y el que los migrantes sean considerados indistintamente como invasores y criminales. “Nos hiere el drama que padecen los deportados que ven truncados sus sueños, esfuerzos y sacrificios, y que retornan sin dinero y con deudas a condiciones peligrosas. Nos llena de luto el que muchos, en busca de un futuro mejor, han perdido la vida”, añadieron.

Un compromiso conjunto

El pronunciamiento también expresa el compromiso de los obispos de continuar abogando a favor de los derechos humanos de los pobres y de los migrantes, en particular de los niños, niñas, y adolescentes, y de seguir insistiendo a los gobiernos de Estados Unidos, México, Canadá, Centroamérica y el Caribe, en la urgente necesidad de crear una área geográfica que tenga las condiciones para ofrecer a todos la posibilidad de un desarrollo integral, y una vida digna y en paz.

“Seguiremos uniendo esfuerzos para atender humana y cristianamente a los migrantes, tanto solos como en familia. Agradecemos a nuestras comunidades de fe y a tantas personas de buena voluntad por su respuesta generosa y solidaria hacia aquellos hermanos que se encuentran lejos de su tierra y de sus sueños de poder vivir con dignidad y en paz”.

Los obispos que participaron en la reunión son: Daniel Flores, obispo de Brownsville; Raymundo Peña, obispo Emérito de Brownsville; Mario A. Avilés, obispo Auxiliar de Brownsville; José Guadalupe Torres Campos, obispo de Ciudad Juárez; Mark Seitz, obispo de El Paso; James Tamayo, obispo de Laredo; Hilario González García, obispo de Linares; Eugenio Lira Rugarcía, obispo de Matamoros; Jesús José Herrera Quiñonez, obispo de Nuevo Casas Grandes; Enrique Sánchez Martínez, obispo de Nuevo Laredo; Alonso G. Garza Treviño, obispo de Piedras Negras; Raúl Vera López, obispo de Saltillo; Michael Pfeifer, obispo Emérito de San Ángelo, y Gustavo García-Siller, MSpS, obispo de San Antonio.

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