La Iglesia venezolana expresa su solidaridad con los estudiantes en el día de la juventud

  • La Comisión Episcopal de Educación y pastoral universitaria eleva su voz esperanzadora y hace un balance de la realidad educativa del país
  • Con Francisco recuerdan a los jóvenes venezolanos que “son el ahora de Dios” y se comprometen a acompañarlos en sus luchas

Cuando hoy, 12 de febrero, se conmemora en Venezuela el día de la juventud y, además, se esperan movilizaciones convocadas por el presidente interino Juan Guaidó, en rechazo al régimen de Nicolás Maduro, desde el Departamento de Educación del Secretariado Permanente del Episcopado Venezolano y la Comisión Episcopal de educación y pastoral universitaria han expresado su cercanía y solidaridad con quienes son los protagonistas de hoy en el país: los jóvenes. Así lo han dado a conocer en un mensaje a través de la cuenta de Twitter de la Conferencia Episcopal Venezolana.
Cabe recordar que la Iglesia venezolana ha asumido un papel profético en la denuncia de violaciones de derechos humanos y en la atención de la crisis humanitaria a través de Cáritas. Por ello “contemplando la realidad educativa en la actualidad venezolana, que es un sucederse de luces y sombras, como Iglesia Católica, pueblo de Dios, servidora, maestra y aprendiz en humanidad al servicio de la construcción del Reino” elevan su voz de acompañamiento y presencia esperanzadora a la juventud venezolana.

Sean protagonistas de su historia

Desde la acción pastoral de la Iglesia hacen la invitación a los jóvenes a ‘ser protagonistas de su propia historia’ teniendo como eje la educación en todos sus niveles, que no sólo inculca conocimientos sino que también prepara para la convivencia: “Animamos a que la escuela continúe siendo un espacio donde el aprendizaje promueva la vida, la esperanza y, la universidad, un lugar de diálogo, encuentro, construcción de cultura y pensamiento”.
Con las palabras del papa Francisco en la pasada JMJ celebrada en Panamá recuerdan a la juventud venezolana que “son el ahora de Dios” y se han comprometido a “seguirles acompañando en la búsqueda de sus ideales, siendo ustedes protagonistas de su propia historia”.
Confiamos en su capacidad creativa, en su valentía y en su compromiso con la reconstrucción del tejido social”, enfatizan los organismos eclesiales que acompañan pastoralmente a los jóvenes.

Al servicio de la educación

En un mensaje amplio dirigido a docentes, personal administrativo y obrero, garantes del proceso educativo, han expresado sus palabras de aliento a continuar trabajando firmes, con corazón compasivo y mirada misericordiosa al servicio de los niños, jóvenes y adultos, aún en medio de las vicisitudes.
Con especial énfasis pidieron a los profesores seguir el modelo de Jesús como un modelo de vida humanizado y liberador. “Educar es un acto de amor, por lo que se da sin esperar nada a cambio; recordemos la capacidad de amar lo hermoso y lo noble que tiene el enseñar a otros”, han destacado.

A las familias y a los medios de comunicación

Igualmente desde la pastoral educativa y la pastoral de la juventud del episcopado han resaltado el valor de la familia y de los medios de comunicación y su compromiso en la formación de las futuras generaciones.
A las familias como “institución viva y universal, indispensable para la vida del mundo, fuente de valores y principios de la humanidad, pilar fundamental para la educación de una sociedad justa” han invitado a seguir el ejemplo de la Sagrada Familia de Nazareth: “Como José sean hombres trabajadores y fieles a su misión protectora, madres como María sean mujeres de fe, valentía y esperanza, hijos como Jesús sean auténticos, obedientes y respetuosos de sus padres.”
Con referencia a los medios de comunicación  han destacado el valor de la palabra en el proceso educativo: “siempre será base para la realización de una vida digna cuando es portadora de una buena noticia, aquella que promueve una sociedad justa y fraterna presentando la verdad que construye la paz”.

Educación para todos

Finalmente han exhortado al Estado venezolano –como principal garante de la educación– a establecer políticas públicas para garantizar el acceso a todos: “Bajo ningún concepto ha de sobreponer sus propios intereses ante los esencialmente vinculados a la naturaleza de la persona humana como la dignidad, la libertad de consciencia, la autonomía personal y la solidaridad fraterna”.
En un llamado a los gobernantes y a los líderes políticos los han instado a “asumir su responsabilidad de administrar los bienes y recursos en favor de la educación, a dirigir sus mayores esfuerzos por consolidar una propuesta educativa que respete e impulse los valores democráticos”.
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