Concluye el Año de la Juventud en México

  • El responsable de la Dimensión Episcopal de Pastoral de Adolescentes y Jóvenes asegura que estos no son el futuro de la Iglesia, sino el presente
  • Durante más de un año, jóvenes de todas las diócesis mexicanas se prepararon en torno al Sínodo de los Obispos

Este sábado, 3 de noviembre, concluyó el Año de la Juventud en México convocado por la Iglesia católica con la finalidad de llevar a la juventud nacional a reflexionar, de manera paralela, al Sínodo de los Obispos que se celebró recientemente en Roma.

Con una Misa de acción de gracias en el Santuario de Cristo Rey, en Silao, Guanajuato, la Iglesia mexicana dio por terminado este año de gracia. En su mensaje, el obispo responsable de la Dimensión Episcopal de Pastoral de Adolescentes y Jóvenes, Armando Pérez Talamantes, explicó ante miles de jóvenes de todo el país que en el Sínodo de los Obispos se abordaron tres puntos importantes, incluidos en el documento final.

Que no sea una obligación

En primer lugar –dijo– para el Papa los jóvenes son una riqueza que hay que trabajar. “Ustedes no son el futuro de la Iglesia, sino el presente, y dentro de este presente, el Espíritu Santo ha derramado grandes cualidades en cada uno de ustedes; esos dones y cualidades son para la Iglesia y para el mundo”.

En este sentido, Pérez Talamantes señaló que el papa Francisco llamó a los obispos y sacerdotes a dialogar permanentemente con la juventud para que, “juntos oremos y busquemos caminos de creatividad, de renovación y valentía”.

Un segundo punto –continuó- está relacionado con el mensaje del Santo Padre, quien “nos recordó que nuestra misión es dar gloria a Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo, amando a Dios sobre todas las cosas, y al prójimo como a sí mismo, siempre con una vida en misión”.

Y un tercer aspecto –abundó el también obispo auxiliar de Monterrey– es que el Papa ha pedido que toda la Iglesia, junto con los jóvenes, se esfuerce “en llegar a todos los y las muchachas del mundo. No queremos obligarlos, sino darles el mensaje, predicar que existe un Dios lleno de amor, esperanza y misericordia; que todos escuchen esta palabra de amor, y que cada joven vaya caminando junto con Dios hasta la santidad”, agregó.

Asimismo, recordó que en el último día del sínodo, el Papa pidió a los jóvenes no solo “leer y estudiar el documento final –fruto del discernimiento– para que no sea algo que se quede ahí, sino que lo oremos, porque en la oración nos encontraremos con Cristo”.

Armando Pérez agradeció a los jóvenes mexicanos su entrega y oración por el Sínodo de los Obispos 2018.

Los jóvenes mexicanos celebraron al pie del Santuario de Cristo Rey la clausura del Año de la Juventud, que inició el 22 de octubre de 2017. La Misa estuvo precedida por un festival con alabanzas; también escucharon el mensaje del obispo Héctor Luis Morales, de la Diócesis de Nezahualcóyotl y responsable de la Comisión Pastoral para la Adolescencia y Juventud de la Comisión Episcopal para Familia, Juventud y Laicos.

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